~capítulo 33~

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Un rato después, estoy tumbada sobre el pecho de Ander, todavía no la respiración acelerada.

—¿Te encuentras bien? —Me pregunta acariciándome el pelo.

—Muy bien. —Le respondo levantando la cabeza un momento y dándole un pequeño y dulce beso en los labios.

Ahora Ander estira el brazo y alcanza la sábana. La estira tapando nuestros cuerpos desnudos y me vuelve a acariciar el pelo.

Yo cierro los ojos con una sonrisa. Tenemos las piernas entrelazadas.

Me abrazo a su pecho desnudo y apoyo la cabeza en el hueco de su cuello. Ander pone suavemente su barbilla sobre mi cabeza y me rodea con su brazo, aproximándome totalmente a él.

Y así, después de haber tenido uno de los mejores sexos de mi vida, duermo sobre su hombro como un auténtico bebé.

(...)

Me despierto cuando la luz del día atraviesa las cortinas y me impacta sobre el rostro de lleno.

Me revuelvo un poco y entonces lo noto. Ander tiene la cabeza en mi abdomen. Yo tengo mi mano sobre su cabello.

Lo miro sonriente. Parece tan inofensivo. Empiezo a acariciarle el pelo con mis dedos, a ritmo pausado. Pasan los minutos y veo que frunce el ceño. Se acaba de despertar.

Cuando me ve, sonríe y vuelve a apoyar su cabeza sobre mi abdomen.

Y entonces, me suena el móvil.

Me levanto de la cama lentamente, apartando la cabeza de Ander tras que refunfuñe por haber dejado de tocarle el pelo.

Me lo pongo en la oreja sin ni siquiera mirar quién es.

—¿Talía? —O mierda, Guzmán.

—Hola hermanito.

—¿Ya estás despierta?

—Talía, vuelve a la cama.. —Oigo como Ander me llama desde la cama. Lo ignoro con todas mis fuerzas.

—Sí, bueno. Me acabas de despertar tú.

—Ah, lo siento.

—Tranquilo, no te preocupes. ¿Quieres algo?

—Solo avisarte que en media hora hay que estar abajo con papá, mamá y Marina. Dicen que es urgente.

—Va..vale. Perfecto. —Respondo. —Hasta luego, Guzmán.

Cuelgo y ando a paso rápido hacia la cama. Ander sigue tirado sobre ella tal y como lo dejé.

—¿Quién era? —Pregunta enderezándose.

—Era Guzmán. Tengo que irme.

Veo que no pone muy buena cara. Peo aún así lo entiende. Los dos sabemos perfectamente que si alguien se enterara nos pasaría factura.

Me agacho a por todas mis cosas y me visto todo lo rápido que puedo. 10 minutos más tarde estoy saliendo por la puerta.

Entro al fin en mi cuarto y me encuentro la bolsita de los cojones sobre la cama.

Extraviados -Ander y tú-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora