Eres mi Persona 🖤

20. Un par muy impar.

Su madre llevaba dos días sin hablarles, Rebeca y Alex fingían que nada había pasado y ahora que los tres estaban en su oficina de la empresa para ultimar detalles de la campaña que antes había sido plagiada, la tensión podía palparse.

- Bien, ya basta ustedes dos. Si tienen algo que decir díganlo ahora. – Mew estaba cansado de este silencio incómodo. Ellos tres siempre habían trabajado de la mejor manera, eran el mejor equipo y ahora nadie decía nada que no fuera estrictamente necesario. Ambos solo lo observaban fijamente.

- ¿Estás seguro que no vamos a cambiar la estrategia de campaña? Los clientes no están muy contentos con lo que pasó. – dijo Rebeca.

- Ellos estarán satisfechos cuando vean el resultado, son leales y aunque Fantasy.Inc quiso comprarlos, no aceptaron. Al parecer reconocen nuestro trabajo donde sea. Pero no es de eso de lo que hablo. – cruzó sus brazos sobre su pecho observando como ambos quedaron en silencio nuevamente.

- No pasa nada, si ya terminé aquí, me retiro. – Alex parecía molesto por algo, aunque él fue quien destapó todo hace dos días ¿ahora que rayos le pasaba?

- ¿Becky? – preguntó Mew levantando una ceja a su mejor amiga. Eso pareció llamar la atención de su hermano que se detuvo con la mano en el pomo de la puerta. Rebeca se veía preocupada.

Ya habían discutido que pasaría de ahora en adelante, se completaría el traslado de Rebeca al apellido Jongcheveevat lo que la convertiría en hermana de ambos, su madre aun no tenía ni idea ya que les aplicaba la ley de hielo a los tres. Pero ahora que su compromiso estaba roto, ambos habían pasado a la familiaridad que tenían desde antes de esa farsa. Sin embargo, algo pasaba con Alex que nadie tenía ni idea.

- ¿Volvieron a los apodos? – preguntó Alex con sarcasmo.

- ¿Cuál es tu problema? – preguntó a su vez Mew, ambos eran dominantes y orgullosos, a pesar de que Mew era el menor, nunca fue de dar su brazo a torcer con su hermano.

- Nada, no importa. – les dijo antes de observar a Rebeca de una manera muy particular.

- Cobarde. – dijo Mew por lo bajo, pero lo suficientemente alto para que Alex escuchara y explotara.

- ¿Sabes? Si tengo un problema ¿Por qué él? – se dirigió a Rebeca. – Sabía que estabas en problemas, sabía todo de ti, pero cuando estabas en problemas porque fuiste con él y no con... - dejó la pregunta inconclusa, la frustración estaba sacando lo peor de él. Mew lo conocía muy bien y conocía a Rebeca para saber que...

- ¿En serio Alex? ¿Ahora me preguntas eso? – ahí estaba, ella también estaba molesta.

- SI, quiero saber. –

- Ese día iba a rendirme, iba a huir, Mew me convenció de quedarme. Me ofreció la protección de su familia. Tú una noche antes ¿Dónde estabas? ¿lo recuerdas? – la luz del reconocimiento llegó al rostro de Alex. – No importa ¿Qué te molesta en realidad?

- Si Alex dinos ¿Qué te molesta en realidad? – preguntó Mew con sarcasmo. Alex lo ignoró.

- Me voy. – Rebeca tomó sus cosas y estaba a punto de salir de la oficina cuando Alex la sujetó del codo. –Suéltame. – le dijo tratando mantener la calma.

- Sabes lo que siento por ti. – Alex se veía derrotado. – No quiero que seas mi hermana. – Ahora todo tenía sentido para Mew, por qué Alex dilataba tanto los trámites para ella. Lo sospechaba desde siempre.

- Ese es el problema; que no lo sé. – le dijo ella al borde de las lágrimas.

- Te amo. – le dijo Alex.