AMOR E INTERROGANTES [DISPONIBLE EN AMAZON]

CAPÍTULO 11

VALERIA

Lunes 5 de julio

Después de decirle a su hermana pequeña que se disculpe con el niño de la piscina por haberle hecho ese reto tan tonto de decirle que si tan mayor era, que se quitase los manguitos y saltase a la piscina. Y llamar a su hermana mayor para que se quedara con la pequeña y que ella decida lo que hacer con ella. Valeria se halla yendo hacia su habitación. Se va a duchar y preparar para su primera cena en el crucero. Ha hablado con su madre, y ésta le ha dicho que después de la cena van a ir a ver un espectáculo que hacían en el teatro por la noche.

La joven recuerda que cuando era pequeña y le traían a los cruceros de vacaciones, una de las cosas que más le gustaba, aparte de la piscina, eran los espectáculos del teatro. Siempre le han parecido entretenidos o incluso graciosos algunos de comedia. Incluso les daba la tabarra a sus padres para ir a todos y cada uno de ellos, aunque no les apeteciera.

La primera noche en el viaje es especial, al igual que la última. Valeria y su familia se arreglan, cenan y van a ver el espectáculo. Cada año igual. Se ha convertido en una pequeña tradición familiar, aunque este año  falte el padre, sigue siendo bonito el hecho de cada año hacer lo mismo. Al igual que siempre, cuando Marta y Valeria terminan de prepararse, visten juntas y ayudan a arreglarse a Alba.

La joven llega a la puerta de su camarote, se saca la tarjeta del bolsillo del pantalón y abre la puerta. Cuando la abre, entra y la cierra detrás de ella. Se dirige a su cama, donde deja todo lo de la piscina, luego lo pondrá todo en su sitio. Sin más, se va hacia el armario y empieza a remover la ropa de las perchas. Cuando llegaron las maletas, no había nadie en el camarote de ellas, así que su madre, que estaba aburrida, decidió ponerles todo en los armarios mientras ellas no estaban.

Después de un cuarto de hora eligiendo el outfit perfecto, se decanta por una falda negra que le llega por encima de las rodillas, un top blanco con mangas largas y abullonadas, y unas botas cortas negras. Deja toda la ropa preparada junto a su ropa interior, en la cama, y se va directa a la ducha. Cuando entra, coge el móvil y pone música en él. Su artista favorita del momento, Taylor Swift, resuena en esas cuatro paredes conjunto la canción The man.

Ha llegado el único momento del día donde Valeria se siente despejada y relajada. Mientras se ducha, se olvida de todos los problemas exteriores a ella y se centra en sí misma. Durante el resto del día es más complicado, ya que está siempre rodeada de su familia o gente cualquiera.

Desde que tiene problemas consigo misma, la joven intenta no centrarse mucho en sus complejos. Una pequeña parte de ella tiene la esperanza de que al no hacer caso a las cosas que le dañan estas desaparezcan, pero eso no es así. Tus problemas siempre estarán allí si los evades. En cambio, si no lo haces y en su lugar intentas arreglarlos, puede que se vayan, como dice el dicho: «si no apuestas no ganas». Y eso es verdad, ya que si no intentas ni siquiera verlos, no conseguirás nunca resolverlos.

Se desviste y se queda con el bikini que no se ha quitado desde que ha vuelto de la piscina. Se mira al espejo mientras se chequea a ella misma. Una parte de ella, sabe que está delgada y que tiene un cuerpo medianamente bueno para que ella se pueda ver bien con ella misma. Por otro lado, piensa que no lo está, y que como en un pasado, la gente le va a criticar si lleva algo apretado o ceñido a su cuerpo.

Suspira de cansancio. No puede más con la sensación de que no está bien. La joven se intenta querer, pero no lo consigue.

Se pone de perfil frente al espejo y las ve. Unas marcas que le acompañarán durante el resto de su vida. Unas cicatrices que para ella demuestran lo fuerte que ha sido en el pasado. Porque aunque las estrías no sean del todo bonitas, en su caso, son cómo unas marcas de lucha contra ella misma y sus emociones. Sí que es cierto que no le gustan, pero cada día se acostumbra más al verlas en su piel día sí día también.