CAPÍTULO 27

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MARCOS

Se dirige a su habitación y coge la mochila que se ha preparado para la excursión. Revisa por enésima vez que esté todo y se va del camarote sin hacer mucho ruido.

Se encamina hacia la sala de ascensores y va hasta la cubierta del buffet. Cuando sale por la puerta automática de cristal, un viento caliente le azota la cara haciéndole querer quedarse en su habitación.

Sigue recto y se encuentra con su amiga pelirroja, que está de espaldas a él y mirando su móvil. El chico se acerca y se sienta en una de las sillas libre que hay alrededor de la mesa.

—Buenos días —dice Marcos con un tono de voz agradable.

—Buenas —responde su amiga quitando la mirada del móvil y regalándole una sonrisa agridulce. Se nota que no ha dormido apenas. Sus ojeras le delatan —¿Qué tal? ¿No tienes sueño?

—¿Qué si tengo sueño?—repite el chico riéndose sarcásticamente—. No he dormido en toda la noche. Llegué al camarote a las cuatro y de ahí ya no me pude dormir.

—¿Por qué? —pregunta curiosa, con el ceño fruncido.

Marcos resopla. No se siente con ganas de volver a sacar el tema.

—Muchas cosas.

—Tengo tiempo —responde con una pequeña sonrisa y alzando su taza llena de café.

El joven se pone la mano en la nuca, nervioso, y baja la mirada al suelo.

—¿Sabes que mañana Valeria cumple dieciocho años? —pregunta intentando cambiar de tema. La joven abre los ojos como platos.

—No tenía ni idea. Le tenemos que hacer algo guay para celebrarlo —dice emocionada. Siempre le ha gustado organizar fiestas.

—Pensé en que un día me dijo que le gustaría celebrarlo en Grecia, y...

—Y si Valeria no va a Grecia, que Grecia vaya a Valeria —le interrumpe la chica.

—¿Y cómo quieres hacer eso? —pregunta con una ceja alzada y una sonrisa divertida.

—Tú déjalo en mis manos, ya te confirmaré la hora y el lugar. No te defraudaré, confía en mi. Eso sí, serás tú el encargado de traer a Valeria a la fiesta.

—De acuerdo. Espero que no me decepciones —dice con una sonrisa.

—Eso ni lo dudes —asegura compartiendo la sonrisa—. ¿Seguro que era eso lo que te atormentaba? —pregunta al ver que su amigo sigue igual de rígido y extraño.

Se pasa algunos segundos barajando los pros y los contras de decirle la verdad o no a Sandra. Cuando finalmente se decanta por la primera, empieza a contárselo todo desde el principio.

—Como ya sabes, mi padre se acaba de casar. —Su tono es entristecedor—. Y estoy bastante mal por ello.

—¿Por qué? —cuestiona Sandra mientras se lleva la taza de café a la boca. Mientras Marcos piensa en qué contestar exactamente, ésta le da un sorbo a su bebida y la vuelve a dejar en su sitio.

—Nunca he llevado bien eso de que mis padres no estén juntos. Aunque mi madre engañara a mi padre, hay una parte de mí que hubiera preferido que siguieran con todas las peleas y discusiones con tal de estar juntos. Y sí, sé que puede sonar egoísta, pero es lo que pienso —finaliza desviando la mirada hacia el mar.

—No pasa nada —responde su amiga cuando encuentra las palabras exactas—. Es decir, no pasa nada porque de momento tu pensamiento no influye a nadie, ¿verdad? —pregunta y Marcos asiente con la cabeza—. Aunque sí que te debo decir que yo creo que es mejor que estén separados y felices, a juntos e infelices. ¿Tú no prefieres eso?

AMOR E INTERROGANTES [DISPONIBLE EN AMAZON]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora