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Alexander Cross

—Cásate conmigo.

No piensen que estoy loco. Ustedes en mi lugar también lo harían, no me juzguen sin escuchar mi historia.

Horas Antes.

—Alex —me llamaba Max mi amigo y socio —¿Ya terminaste?

—Solo termino de firmar este documento y nos vamos —le informo.

La Empresa Cross famosos por sus productos, éramos los mejores en el sector de la moda. Nuestra especialidad lencería fina y de la mejor calidad. La empresa era de mi padre, por más que lo intentaba aún seguía siendo el vicepresidente, Maximiliano era mi mano derecha, dueño del veinticinco por ciento de las acciones y unos de los mejores fotógrafos de la ciudad.

Terminé de firmar los documentos y me fui de fiesta como cada noche a un club.

—Esa chica no para de mírate — comentó Max.

Desde que habíamos llegado note que la chica estaba observandome detenidamente y sin disimular.

—Si quiere algo ya vendrá —me encogí de hombros. Soy del tipo de hombre que no busca a las mujeres.

Lo tengo todo para que ellas solas vengan a mí. Desde chiquita.

—Creo que sí, quiere algo —me dio una palmada en el hombro—Los dejo a solas —exclamó mientras la chica llegaba con una enorme sonrisa hasta nosotros y se humedecia los labios.

Me saludó con un beso en la mejilla— ¿Frecuentas este sitio? —le pregunté observando sus cualidades.

—No —comenzó a jugar con su cabello— Estoy de visita, me estoy quedando en un hotel muy cerca de aquí.

Se humedece los labios sin dejar de mírarme.

—Ah —asentí, llevándome el vaso de whisky a los labios. Ya no tenías más nada de que hablar con ella.

—¿Quieres venir? —preguntó, rompiendo mi silencio.

Mentiría si dijera que su propuesta me tomo de sorpresa, pero no es así. Sé bastante bien el efecto que provoco sobre las mujeres—. Me encantaría —le sonreí.

Le avisé a Max y me marché con la chica, que por cierto ni su nombre me sabía. La seguí hasta su habitación y cuando quedamos completamente solos comenzó a deshacerse de su ropa.

—Ya veo que eres una mujer que sabe lo que quiere —dije al ver qué no llevaba nada de ropa interior— Me gusta —dije sacándome la chaqueta y la corbata, lentamente.

Se acercó a mí y unió nuestros labios en un agresivo beso y con sus manos desabrochó los botones de mi camisa. Metió su lengua en busca de la mía y deslizó mi camisa dejándola caer al suelo. Le agarré del cuello y profundicé el beso.

La solté solo para desabrochar mi pantalón, agarrar un condón del bolsillo y quitarme los zapatos. Bajé mi mano y hundí dos de mis dedos en su intimidad, de comprobar lo mojada que estaba mi pene despertó en segundos.

—Aquí no —susurró sobre mis labios—. Vamos a la habitación.

Deslicé mis manos hasta su trasero y la tomé con fuerza, me rodeó la cintura con las piernas y me indicó todo el camino hacia su habitación. La deposité en las blancas sábanas sobre la cama. Me retiré el bóxer y colocándome el condón me acomodé entre sus piernas, restregué mi pene contra ella, me respondió con un gemido, le puse las manos en los pechos y le pellizqué los pezones mientras devoraba su boca, bajé dejando una estela de besos desde el cuello hasta sus pechos.

Amor Por Contrato✓ [Disponible en físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora