Amor Por Contrato✓ [Disponible en físico]

21

Cintia Cross.

Mi único deseo desde que me había casado era divorciarme. Ahora que tenía la oportunidad el miedo de perder a Cross aumentaba en mi pecho y dolía como nada en esta vida.

¿Esto es lo que llaman amor?

— ¿Quiere decir que estaremos divorciados en secreto? —pregunté, procesando la información.

Más secretos y mentiras.

— Así es —asintió, se encontraba solamente en bóxer, era muy difícil concentrarse— Para la sociedad seguiremos siendo una pareja.

De los nervios ya se me había pasado la borrachera, tenía la cabeza fría, la mano con la que aguantaba el bolígrafo me temblaba horrible, no me podía contener. Quería llorar.

Llorar por un matrimonio que hasta falso era.

Me incliné sobre el escritorio y firmé el dichoso divorcio. Es oficial estamos completamente separados—. Listo, ¿ahora que somos?

— Lo que quiera el destino Cintia. Estoy preparado para lo que venga.

El corazón se me acelera cuando una sonrisa traviesa apareció en su rostro.

«Alexander Cross es un detonante en mi interior»

Me cubre los labios con los suyos y mis dudas desaparecen, me va empujando hacia atrás lentamente, contra la pared, me sube los brazos por arriba de la cabeza y me sujeta con una de sus manos.

Recorre mi piel desnuda dejado cortos besos, esconde su rostro en el hueco de mi cuello, succiona mi piel y un escalofrío recorre todo mi cuerpo cuando  baja la otra mano por mi costado, su tacto era placentero.

Me libera las manos, baja cuidadosamente mis tirantes y luego el vestido cae al suelo, quedando en ropa interior.

— Creí que no llevabas braga — comentó de manera juguetona.

Recorre mi desnudez con la vista, me aprieta contra él y pega sus caderas a las mías, era notable su erección contra mi entrepierna. Enredo los dedos en su pelo para atraerlo, pero se separa.

«Alexander Cross es tan retorcido que ni viviendo en su mente lo entenderías»

Se inclina para cargarme al  hombro y comenzó a caminar por el pasillo.

—¡¿A dónde me llevas?!

— Cállate Cintia — me dió un pequeño toque con la palma de su mano en mi trasero—. Hoy los vecinos tendrán porno en vivo.

— ¡Espera! ¿Qué?

No comprendí sus palabras hasta que me depositó en el suelo del balcón, se retiró los bóxer y entró en un enorme jacuzzi.

— Estás loco Alexander.

— Si Cintia, pero loco por tí — tendió su mano para que se la agarrara— Loco por cada pedacito de tu ser.

No la tomo, me mantengo firme ante él, retiro lentamente mi sujetador y lo dejo caer al suelo. Agarró el borde de mis bragas y las retiro al mismo ritmo de antes. Provocando, este es nuestro juego. Provocar y caer.

— Cintia será mejor que te dejes de juegos y acaba de entrar ya —ordenó con lujuria en sus ojos.

— Y sino quiero.

— Te aseguro que te arrepentirás el resto de tu vida.

«Para que mentir»

Me meto al agua, si que está caliente pero a los segundos mi cuerpo se acostumbra. Alarga su brazo y me recoloca encima de él, sentada a horcajadas.