Extra 1

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Max.

Empezando muy bien la semana Max. Acuéstate con medio planeta si quieres y cuando logres llenar este vacío avisas.

Los rayos del sol y los molestos ruidos proveniente de la calle me confirman que no fue un sueño. Verdaderamente pasó todo, estoy en un edificio que no es el mío, con una chica y un chico en la cama que ni conozco.

«El pasivo no soy yo»

¿Qué por qué lo hago?

¿Por qué soy así?

Prefiero ir follando a desconocidos por ahí en vez de reconocer que a las únicas persona que he amado en esta vida se llaman Alexander y Alejandra Cross que para resumir si, son hermanos. Nadie lo entendería.

«¿Entendió?»

Me levanté con cuidado, recogí mis pertenencias del suelo, me encerré en el baño, me comencé a vestir. Me mire al espejo y por mi mente pasó un nombre.

«Alexander Cross»

La única persona que se quedó conmigo cuando todos me abandonaron, me brindó su casa, su familia y su hermana pequeña terminó enamorada de mí. ¿Que siento por él?

Yo creo que es la afinidad tan grande por todo lo que hemos vivido juntos.

Termino de abotonar mi camisa, recojo mis llaves, mi teléfono y mi cartera. Ya era muy tarde así que decidí ir directo a la empresa no tenía mucho tiempo de pasar por casa.

— Cindi —llamé a mi secretaria que tantas veces me he follado, ya me da grima verla—. Llévame un poco de agua y una de esas pastillas para la resaca a mi despacho.

— Enseguida Max —me respondió con voz angelical— Recuerde que hoy comienza a trabajar la señorita Alejandra.

«Alejandra Cross»

Se resume en una sola palabra.

«Debilidad»

Mi debilidad.

Así es, la hermana pequeña de Cross es mi debilidad, tan dulce, inocente, atrapada en el cuerpo de una diosa inquebrantable. Después de tanto acoso logró llamar mi atención.

¿Qué soy para Alejandra?

Su primer hombre y quizás la única persona a la que ha amado la reina azul o mejor dicho mi reina azul.

Entro en mi despacho, enseguida mi secretaria me trajo lo pedido. Me miro al espejo, mi reflejo daba asco, ojeroso y cansado.

Por suerte mi oficina tenía su propia habitación para el aseo. Me quite la camisa y de uno de los cajones agarré mi máquina de afeitar y mi loción para ello.

Luego de dos leves toques la puerta se abrió. Me incliné para mirar a través de la puerta y era Alejandra con un pantalón de tiro alto rasgado, una blusa negra y su pelo suelto perfectamente peinado.

«Todo ella era perfecta»

— ¿Empezando mal el día Max? —entró en la habitación y caminó hasta donde estaba. Se quedó en el marco de la puerta.

Continúe con mi barba y la miraba por el reflejo del espejo —¿Qué tal tu primer día de trabajo?

—Podría ser mejor —comentó sin importancia y se sentó en la encimera justo a mi lado.

—¿Las cosas con tu hermano están bien? —no pude evitar preguntar.

—Si ayer hablamos —me quitó la máquina de afeitar de la mano —, después que volvió a su apartamento con Cintia no se ve mucho por la casa — agarró mi mano tirando de mi —. Ven, déjame ayudarte.

Amor Por Contrato✓ [Disponible en físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora