Tu Eres Yo Y Yo Soy Tu

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—¿Cómo llegaste aquí? — Frunció el ceño curiosa mirándome de arriba a abajo.

—Caminando. — Sonreí inocente.

Rodo los ojos. —¿Enserio ese es mi sentido del humor? Digo no es malo, pero estoy segura que es contraproducente usarlo contra ti misma.

—Podremos ser parecidas y básicamente físicamente la misma persona, pero ambas tenemos personalidades diferentes. En términos exactos tu eres una persona completamente diferente a mi. — Comenté cruzando mis manos y recargandome en ellas. —Lindo escritorio por cierto ¿Es caoba?

Asintió. — Es más resistente y duradero. Si vas a mostrar una imagen poderosa todo tiene que combinar con el aura. — Se encogió de hombros. — Tienes razón, seria una tontería pensar que somos la misma persona. —Sonrió ladino recargandose contra la silla. — Después de todo tu eres la buena de nosotras.

—¿La buena? ¿Que es esto una clasificación de blanco y negro? — Alce una ceja burlona.

—No luces como el tipo de persona que haría algo malo.

—Tu tampoco y mira...tienes un imperio, y 6 rocas de colores como brazalete. Algo exagerado en mi opinión. —Lamente.

Río. — O lo siento ¿Prefieres que estén en esta forma? — Su brazalete y anillos se convirtieron en un guante dorado que resplandecía por el golpe de luz proveniente del ventanal.

— Aburrido ¿No crees? No pareces el tipo de persona que tiene un gusto en moda similar a una pasa. — Jugué con mi cabello enredandolo en mi dedo.

La ilusión desapareció y el silencio reino en el lugar, lo único que hacía notar el tiempo que pasaba era el tic - toc del reloj a nuestro lado.

—Entonces... Yo de otra dimensión ¿Quieres conocer lo que te perdiste? — Preguntó poniéndose de pie y estirandose.

—¿Y qué la gente vea a dos Martha? — Pregunté divertida poniendome de pie. — ¡Eso ni se pregunta Gemela malvada! ¡Vamos a conocer el lado oscuro de la luna! — Sonreí animada.

— Nadie llamaría así a una versión oscura de su dimensión. Y ni siquiera somos la dimensión alterna oscura, eso implicaría más homicidios, sangre, corrupción y alzarse como la  reina en un trono ganado a base de derramamiento de sangre. — Comento tomando su abrigo color negro y poniéndolo sobre sus hombros llendo a mi lado, entrelazando nuestros brazos.

— Bueno... No he escuchado sobre Misterio, ni la identidad de Spiderman... —Exprese mientras tomábamos el ascensor.

— Niñerias, pequeñeces si quieres clasificarlas. — Río descaradamente.

Frunci el ceño. — Ese comentario no me da ninguna tranquilidad.

—Yo jamás dije que la abría... —Continuó riendo a la vez que las puertas se abrían.

El camino entre llegar a la puerta de entrada y salir del edificio estuvo lleno de saludos, inclinaciones y sonrisas tímidas hacia nosotras. O mejor dicho hacia mi versión de aquí.

—¿Cuanto tiempo vas a seguir riendo? — Pregunté mientras la gente nos veía de reojo y apartaba con rapidez la mirada.

—Lo siento, pero es que es hilarante. —Limpio un par de lágrimas que cayeron de sus ojos. — Es tierno que creas que esos escenarios implicarían que mi trono este montado sobre muertes. Supongo que no paso lo mismo aquí que allá. — Sus ojos resplandecieron.

—Supongo que no... Iluminame. — Rodé los ojos.

—¿Por dónde empezar...?

Gire el rostro mirando el lugar. Era literalmente igual, en cada aspecto, rayo de sol y  hasta en el olor, la diferencia más notable era el sentimiento que se cernía sobre nosotras.

One - ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora