Capítulo 30 - (Maratón 2/3)

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Si Wattpad les trajo primero a este capítulo, recuerden que estamos de maratón, leer el capítulo anterior antes que este. ¡Disfruten de la lectura!

LILY

— ¡No me lo puedo creer!

— Vale Lily, esa no me la esperaba— dijo Marleene. 

— ¿Pero que tiene de malo?— pregunté saliendo del baño mientras terminaba de alisarme el pelo para luego ponerme los zapatos.

—Si  tener no tiene nada de malo, es solo que, no lo sé, tengo un mal presentimiento— murmuró Alice— ten cuidado ¿Sí?

—Sabes que si Al.

—Pues a mí no me termina de convencer Lils, Benjy no es alguien en quién hubiera pensado para tí la verdad.

Me encogí de hombros ante su declaración.

—Solo vamos a tomar algo a Las tres escobas, no es una cita, ya os lo dije.

—De todas formas, ya sabes que estaremos por ahí, donde Honeydukes seguramente, pero si necesitas cualquier cosa, sabes dónde solemos estar y cual es nuestro punto fijo.

Salir de la habitación fue peor de lo que pensé, pero entendía la preocupación de mis amigas y las quería aún más por ello, actuaban cono yo solía hacerlo cada vez que alguna de ellas quedaba con alguien.

—Hola Peli-peli— ese era Sirius, espatarrado en el sofá— ¿A dónde vas?

—¿ A dónde te piensas que voy así Black?—pregunté— ¿Al baile de navidad?

—Cierto, así que al fin James y tu saldréis, me dijo que tenía planes, ahora ya veo que era tan importante, maravilloso maravilloso— dijo irguiéndose, pero se enseguida se le sacó la sonrisa socarrona que tenía al ver mi expresión— Por que has quedado con James, ¿verdad Lils?

—De hecho no Sirius, voy a salir con Benjy y Potter y yo nada— hice una pausa, dónde ambos nos miramos, él con sospecha y reconocimiento en sus ojos— A propósito ¿todo bien? Estaba herido esta mañana.

—Si, no es más que un rasguño— pero no llegó a terminar lo que iba a decir, porque el mismo Potter, acompañado, como no, de Peter y Remus, entró en la sala común.

—Oh, hola Evans, ¿Qué te trae por aquí?

Recordé aquella cita que ambos teníamos acordada antes de que a mí me atacasen los mortífagos y me entristecí, pero luego recordé a Jessica Abbott, cómo interactuaban en la fiesta, y como se le acercó ella esta mañana y no pude más que suspirar, las cosas nunca cambiarán, ya era hora de asumirlo, dijese lo que dijesen mis amigas o los chicos.

—Pues ahora nada, Potter. Con permiso, yo ya me iba— murmuré saliendo de la sala común de Gryffindor.

Al llegar a la entrada del castillo, y tras saludarnos, enseguida nos montamos en los carruajes que nos llevarían hasta el pueblo. Las tres escobas no estaba tan abarrotado al principio de la tarde, pero ambos sabíamos que a medida que las horas pasasen, el local enseguida se llenaría de estudiantes.

Salimos de Las tres escobas un par de horas más tarde después de haber estado hablando durante todo ese tiempo, y mientras yo me paraba en una librería, el me preguntó si podía parar por la tienda de quidditch, y sabiendo lo que le gustaba, no le hice esperar, sabía que tardaría un rato en salir de ahí. Acordamos que el primero que acabase fuera a la tienda de chuches y esperara ahí al otro.

Y así hicimos, para cuando yo salía con una novela mágica entre manos, paseé por las calles de Hogsmeade para llegar hasta Honeydukes, dónde sabía que seguro ya me estaría esperando Benjy.

Pero no esperaba que sucediera lo que sucedió a continuación, nadie espera que le pase en realidad, no hasta que ocurre.

Ya llegando, pasando cerca de unos callejones, había un grupo de chicos, no eran muy mayores, como si fueran mis padres, pero tampoco tenían mi edad; verlos ahí juntos no me dio buena espina, y quise pasar rápido la zona. Dos de ellos me adelantaron chocando mi hombro al hacerlo y provocando que se me resbalaran los libros.

—Perdona, mis amigos son unos brutos ¿estás bien?— Un chico con voz grave me ayudó a recogerlos.

—Si, gracias— respondí intimidada.

Para cuando él se fue, yo suspiré tranquila, con alivio, por algún motivo, verlos me había causado miedo.

—Eres guapa, niña— dijo una voz a mi espalda. ¿Tranquilidad? ¿ Alivio? ¿Qué es eso? Lejos de dejarle ver mi miedo, pasé del hombre que tenía a mi espalda y empecé a andar, buscando mi varita en los bolsillos de la cazadora, deseando llegar cuánto antes a la tienda— ¿No me vas a responder? Eso es de mala educación— Lo escuché siguiendo mis pasos, justo a mi espalda.

Ni siquiera tuve tiempo de reaccionar, en cuanto soltó la última palabra, me agarró con fuerza del pelo y me empujó hacia atrás, hacia el callejón, ocultándome de la multitud; mi chillido, aunque se escuchase, nadie me vería.

Temblé, no encontraba mi varita.

—¿Buscas esto, niña?— levanté la vista, y lo ví, apuntándome con ella.— Vamos a hacer las cosas a mi manera, tu te mantendrás calladita, y yo no te hechizo ¿Qué te parece?— Vale, estaba sola, Euphemia en verano ya me había advertido de casos como estos, asentí con la cabeza, el primer paso era mantener a tu atacante tranquilo, cómo si el tuviera el control, en este caso, literalmente era así. — Así me gusta, complaciente— escupió acercándose más a mi, mientras yo maldecía, por estar pegada a la pared, y no poder retroceder más. Abrí la boca con la intención de decir algo que lo hiciese estar más seguro, pero ante el movimiento el atacó— SILENCIO— apuntó, y el hechizo me dio de lleno, no podía soltar ningún ruido, estaba silenciada.

Tenía que concentrarme, hacer el mismo hechizo protector que había practicado con la orden, y que había logrado hacer en el enfrentamiento con Fleamont, pero la cercanía, cada vez mayor de el desconocido me estaba poniendo demasiado nerviosa. Los nervios y el miedo empeoraron cuándo él se pegó de todo a mí y susurró otro hechizo.

—Me tengo que asegurar niña, Petrificus totalus — Tenía que concentrarme, tenía que hacerlo para salir de ahí, sabía que aún pretrificada y silenciada aún podía pararlo, pero no era capaz de hacerlo, no cuando lo tenía pegado a mí.

Sus manos llegaron a tocarme las piernas, y aún teniendo vaqueros, lo sentí; sentí como subía por ellas y supe a dónde quería llegar. Tenía que dejarlo hacer si quería librarme de él, y aún angustiada, me concentré en crear la barrera de fuerza que la madre de Potter me había enseñado.

Cerré los ojos y me esforcé en no darle importancia a dónde estaban sus manos.

Cállate Potter!! |Jily [JamesXLily]| Harry Potter (Miga)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora