Cállate Potter!! |Jily [JamesXLily]| Harry Potter (Miga)

Capítulo 2

LILY

Faltaban cuatro días para que quinto se terminara, no había vuelto a hablar con Severus desde entonces. Volvía de la biblioteca cuando la voz de mi ex-mejor amigo me llamó desde las escaleras. Hice oídos sordos ante su llamada.

-Lily- dijo agarrándome del brazo- porfavor espera.

-¡NO!- exclamé- no me vuelvas a hablar Severus.

-Lily, porfavor escúchame los siento mucho- lo abofetee en la mejilla.

-Te lo tienes merecido Quejicus- susurré roja de ira y con lágrimas en los ojos- tú elegiste tu camino y yo el mío, te lo dejé claro ese mismo día cuando amenazabas con quedarte a dormir en la puerta de Gryffindor- le recordé.

-Señorita Evans- la voz de la profesora Mcgonagall se escuchó a unos metro por encima de mi- venga conmigo a mi despacho, usted con Potter y Black recibirá su castigo.

Me dí la vuelta temblorosa ¿castigo? Aún así seguí a mi tutora hasta su despacho.

A mitad de la escalera, los dos muchachos que también venían conmigo se acercaron.

-¿Todo bien pelirroja?- preguntó el de pelo largo pasándome un brazo por los hombros.

-Si, gracias Black

-Fue un buen golpe- comentó el azabache de gafas revolviéndome el pelo, lo miré.

- Vosotros porque estáis castigados?- Sus ojos brillaban con satisfacción.

Levanté una ceja a modo de pregunta.

-Secretos de un merodeador Evans, secretos de un merodeador.

Volteé a mirar al que me agarraba los hombros, que negó con la cabeza ante mi mirada.

-Buen bofetón por cierto.

Una vez en el despacho, nuestra profesora de Transformaciones nos indicó a cada uno cual sería nuestro castigo:

Black tendría que recoger los invernaderos después de finalizar todas las clases de Herbología.

Potter, tenía que limpiar el despacho de Filch, en el cual había una bomba fétida.

Y por último, yo, tenía que ayudar al profesor Slughorn a elaborar todas las pociones de las últimas clases.

Al salir, nos fuimos al Gran Comedor, pues ya era la hora de cenar.

-¿Qué hacías con Potter y Black?- preguntaron mis amigas una vez que me senté.

- Ya te dijimos que la serpiente era mala influencia- comentó Alice cuando terminé de relatarles lo sucedido esa tarde.
Desde el otro lado de la mesa Potter me sonreía, le devolví la sonrisa y continué cenando, sintiendo varias miradas posadas sobre mí.