Capítulo II

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Cassandrea:

¡Adoro a mi hermana! Oh Dios, de verdad que es la mejor sacándome de mis apuros.

-Bueno Ethan, es un gusto conocerte- dice mi hermana chillando por enzima de la música y atrayendo la atención de todos lejos de mí. -Me disculpo por los comentarios de mi amiga, Stephany puede ser muy impulsiva en ocasiones.

-El gusto es mío Catalina- la voz de Ethan se vuelve más seria cuando se dirige a mi hermana.-No te tienes que disculpar por algo que no es tú culpa.

Isaac abraza a mi hermana por detrás y le susurra en el oído algo, luego le acaricia su mejilla con la nariz y ella ríe por las cosquillas a la vez que asiente a lo que sea que él le haya dicho.

-Nosotros nos vamos a bailar- dice Isaac - Los esperamos en la pista si se animan a unírsenos.

Mi hermana se deshace del abrazo de Isaac y me abraza a mí, lo cual me sorprende.

-No me dejes sola, no lo conozco.- le suplico a Cata.

-No seas boba, no te va a pasar nada, tienes que volver al mundo hermanita. No te puedes seguir refugiando en ese caparazón de chica inalcanzable. Ya es hora de que conozcas a alguien. Esta noche se trata de disfrutar, así que hazlo. Cualquier cosa que pase sólo tienes que llamarme y aquí estaré.

Cata se va con paso alegre hacia la pista a bailar con Isaac, dejándome sola con este muy sexy hombre pero a fin de cuentas desconocido.

Pienso en lo que ella me dijo, ya hace poco más de dos años que no conocía a un hombre que me hiciera sentir tan nerviosa y poco dueña de las reacciones de mi cuerpo. Apresuró lo poco que queda de mi Piña colada por mi garganta y me preparo para mirarlo.

-Al parecer tienes sed- me dice- ¿Quieres que te pida otra bebida?

-Por favor - y no se porque mi voz sale tan fina

-¿Sabes una cosa?

       -¿Qué?
      
      -Me intrigas - la voz de Ethan ahora suena divertida- Eres la única mujer de por aquí que parece poco interesada en hablar conmigo.

- No entiendo, ¿para que me querrías escuchar hablar?, O incluso ¿Porqué tendría que estar interesada en hablar contigo? - le digo sin pensar. He inmediatamente me arrepentí por ser tan pesada.

Pero cuando estaba a punto de disculparme, él comienza a reír.

Y ... Oo dios mío... Es una de las risas más masculinas, roncas y cálidas que he escuchado en mi vida. Tanto que de solo oírlo la piel se me eriza.

- Así que eres una chica respondona- cada vez se acerca más a mí, lo que me obliga a alzar la cara para poder mirarlo directamente.- La noche se ha vuelto cada vez más interesante desde que te ví. ¿No te parece?- esa pregunta me la hace mientras me acaricia la cara con sus nudillos.

- Yo no.... digo si - tartamudeo y siento que mi cara va a explotar bajo su contacto.- Lo siento yo....-tomo aire y lo expulso, me calmo un poco- Si estaba un poco aburrida.

-Por un momento pensé que dirías que no- Su cara está incluso más cerca de la mía, de lo que estaba antes y puedo sentir su respiración en mi mejilla y lo siento ... Acaba de Olerme ? . - ¿Es qué acaso te pongo nerviosa?

Ay Dios, mi corazón está acelerado y me cuesta respirar, la cercanía de su cuerpo hace que mis sentidos se amplifiquen. Miro directo a sus ojos que están mirándome de manera inquisitiva, esperando mi respuesta, la cual es obvia. Porque el no me pone nerviosa, sino lo que le sigue.

Me reprendo mentalmente a mi misma por parecer una tonta avergonzada delante de él. Eso de tartamudear y ponerme tan roja no es normal en mí.
No es como si fuera una adolescente virgen nerviosa por estar frente a un hombre guapo por primera vez.

Hacerte Sentir. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora