Capítulo 33.

61 8 1
                                    

YoonGi se sintió dichoso y de alguna forma más ligero en el momento en que vislumbró a JiMin, y sin poder contener su alegría se acercó a una velocidad casi irreal al rubio y le envolvió entre sus brazos, lanzándole además, una agradable lluvia de besos cortos en el rostro.

El corazón de JiMin se sintió sanar un poco más al obtener tan cálido recibimiento y también pensó que podía mantener y alimentar sus esperanzas de que quizá en esta ocasión los dioses les sonreirían y podrían permanecer juntos enfrentando las adversidades.

Aún así, JiMin no podía dejar ir la cautela con el príncipe heredero, por lo que su sonrisa fue sincera, pero tenue de cualquier manera, si el peliazul percibió aquello o no, él no hizo comentarios al respecto.

—Oh, JiMin —Exclamó Yoon—, mi amado, amado JiMin, estás aquí —Señaló con reverencia, como si fuese necesario repetirlo varias veces para convencerse de que era un hecho real—, estás aquí. Soy tan afortunado.

—Príncipe heredero...

—Por favor, JiMin, llámame YoonGi, te lo suplico, no soy un príncipe para ti.

JiMin le observó con extrañeza, pues aquel ruego se había escuchado casi desesperado, sin embargo, si algo caracterizaba al príncipe heredero de Moon, era la calma que mantenía ante cualquier situación. Él jamás poseía un tono distinto que el de mandato cuando deseaba algo. Y sin embargo, parecía casi como si estuviese asustado de las reacciones de Minnie a sus peticiones, como si fuera cuidadoso con lo que salía de sus labios hacia JiMin, algo con lo que el rubio no sabía qué hacer. Le agradaba el YoonGi serio y seguro de sí mismo, no este hombre que dudaba a cada paso que se movía.

Por supuesto, todo era a causa del ojigris, que había llegado sin aviso y además de su corta frase de dos palabras no profería ningún otro sonido, haciendo que la mente de Yoon se desplazara por senderos erróneos, haciéndole cuestionarse si JiMin estaba en Moon para obtener una estancia permanente,  tal vez tan sólo se encontraba de paso o sencillamente quería despedirse para partir a un destino desconocido y no volver jamás.

—YoonGi.

Por fin habló JiMin, sacando al príncipe de sus terribles pensamientos, aunque estos continuaban presionándole la cabeza desde el fondo de su mente.

—No puedo continuar con esto. —Declaró el rubio.

YoonGi sintió su corazón ser detenido en el instante, para volver a latir lenta y dolorosamente al momento siguiente, en agonía, sin embargo, se atrevió a preguntar.

—¿A qué te refieres, JiMin? Cuéntame aquello que te aflige y me aseguraré de que se arregle.

—Precisamente por ello, príncipe. No puedo permitir que te vuelvas esta clase de hombre, que hará mi voluntad al primer indicio de complicaciones.

—No comprendo lo que buscas decirme, JiMin.

—Nosotros tendremos muchos desacuerdos en el futuro, Yoon —JiMin levantó la mano para interrumpir las protestas del peliazul y continuó hablando—. Poseo la absoluta certeza de ello, habrá muchas discusiones por múltiples aspectos, porque sé que soy un hombre terco de la misma forma que tú.

JiMin se quedó un momento en silencio, instando a YoonGi a refutar sus afirmaciones. Cuando el príncipe no lo hizo, habló de nuevo.

—Y si soy tan confiado acerca de que existirán aquellos intercambios de palabra y diversos debates contigo, es porque no volveré a permitir que me utilices como una piel de animal sobre la que puedes caminar cuando y cuantas veces desees. La última vez no devolví tus palabras creyendo que no era mi lugar corregirte, sin embargo, aquello no se repetirá. No estoy pidiendo que te desvíes a ser un completo intransigente, sino que no te conviertas en un débil hombre complaciente, cuando algo no sea de mi agrado o quiera cosas diferentes para nosotros, te lo haré saber y lo resolveremos.

El menos esperado -YoonMin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora