Capítulo 38

579 42 5
                                    

-¿Y llevas los guantes?

-Kid, los llevo puestos

-¿Salem?

-Ya está en el barco

-¿Y sabes lo que...

-Si Kid, se lo que tengo que comprar, se lo que tengo que hacer si nos ve la marina, o piratas, o el mismísimo dios, tranquilízate

-No te preocupes capitán, todo saldrá bien -dijo Toshio mientras cargaba la última caja en el pequeño barco que habían robado meses atrás.

Tan solo cuatro piratas hacían falta para controlar ese barco, que a penas era la un tercio de grande que el Victoria Punk, lo justo y necesario para ir a la isla más cercana a por todo lo que no podían conseguir en su propia isla (aka: todo porque se cargaron al pueblo que cultivaba y cuidaba de los rebaños). Hécate solía ir en estos viajes, es más, era quien estaba al mando, al fin y al cabo no querían llamar la atención, así que Kid no iba nunca, por lo que Killer (su niñera) tampoco.

Desde la pelea con Shanks a Kid no le gustaba separarse de su tripulación, era más cuidadoso con todo y procuraba (muchísimo más que antes) que su tripulación no tuviese ni un rasguño. Y eso era con la tripulación, desde la última pelea que tuvieron hace un mes, en la que la bruja casi se va de la tripulación, el capitán es todavía más protector con ella. No es que no confíe en ella, al contrario, Killer y ella comparten el puesto top de personas en las que confía Kid, pero últimamente tiene un mal presentimiento, y si a Hécate le pasa algo él TIENE que estar con ella. Él tiene que protegerla.

-Kid, he hecho esto cientos de veces, además, si pasa algo tenemos el den den moshi. Tú no te preocupes, vete a tu taller, termina tu brazo e intenta no matar a Alaric, solo te intenta ayudar

-Que haga lo que le digo, entonces no lo mataré. -refunfuñó el pelirrojo mirando a otro lado

-TODO LISTO -gritó Dex en cubierta

-Nos vemos en unos días -se despidió Hécate mientras extendía su mano hacia la cara del pelirrojo y le acariciaba la mejilla

-Vuelve viva -le respondió Kid antes de agacharse lo suficiente como para que Hécate le diera un pequeño beso en los labios

-¿Estaría bien no? -respondió de broma Hécate mientras sonreía haciendo que Kid levantase la ceja

-Deja de hacer bromas y vete ya, cuanto antes te vayas antes volverás

Sí, así son las despedidas de esta pareja, aunque ellos son más propensos ha hacer las despedidas más largas por la noche.

Era un viaje corto, a penas dos días en barco y se llegaba a la isla de Myasto. Era una isla pequeña que no tenía mucha cosa, un par de pueblos, un bosque entre los dos y unas cuantas granjas, pero servía sobre todo como puerto comercial para las islas de los alrededores. Hécate, Dex, Toshio y Neith eran los que se encargarían de llevar todo lo necesario a la isla, pues pronto volverían a zarpar y querían adelantar los preparativos mientras el capitán terminaba su nuevo brazo. Hécate y Toshio eran los que normalmente iban en estos viajes, Hécate encargándose de la comida y Toshio de las medicinas. Neith se unió para comprar diferentes químicos para sus bombas y Dex había perdido un piedra, papel y tijera con otros tripulantes.

En un día y medio ya estaban desembarcando en la isla y, mientras Dex se encargaba de vigilar el barco Neith, Toshio, Hécate y Salem se separaron para terminar cuanto antes. Hécate y Salem, que ya habían vuelto un par de veces al barco para cargar lo que habían comprado y seguir comprando, se encontraban paseando por los diferentes puestos del mercado buscando verdura. Bueno, Hécate se encontraba paseando, Salem estaba metido en una bolsa de tela mientras Hécate cargaba la bolsa en el hombro izquierdo y, sinceramente, era la mejor forma de llevar un gato por la calle sin parecer una loca.

La señora del puesto en el que estaban en ese momento, que ya la había visto varias veces en los últimos meses, observaba a la bruja con gran curiosidad mientras ojeaba su mercancía. Era una señora mayor, ya rozando sus setenta años, con pelo gris y ya encorvada por la edad y, aunque sus arrugas eran notables, no tapaban la amabilidad y el cariño que transmitía por sus ojos.

-¿Es una ocasión especial?

-No mucho, pero es mejor que sobre comida a que falte, ¿no cree? Me llevaré un par de kilos de esto.

-Te lo pondré en una bolsa cariño. Te habrá hecho mucha ilusión-dijo la señora mientras preparaba la comida, dejando a la bruja confundida

-¿A qué se refiere? -preguntó Hécate confusa mientras le extendía el dinero y recogía su compra 

-Hace unas semanas se presentaron unos soldados por aquí preguntando por ti. Decían que llevaban tiempo buscándote y que tu familia te esperaba. Me enseñaron una foto tuya y llegó un chico corriendo diciendo que ya sabían donde estabas. Te hará feliz volver a ver tu familia ¿no?

-Yo...emm... me tengo que ir. Muchas gracias- titubeó Hécate antes de echarse a correr hacia el barco.

No podía ser, no podían haberla encontrado. Llevaba meses escondida en una isla y antes de eso no había parado de una isla a otra, ¿cómo que ya sabían donde estaba? No podía ser verdad, era imposible, se habrán equivocado de persona. Ellos no...ella no...

-¡HÉCATE PARA POR DIOS! -gritó Salem (aunque el resto solo oyese un maullido) mientras sacaba la cabeza de la bolsa haciendo que Hécate parase en seco- Me estabas mareando, relájate, por los dioses.

-La has oído, me están buscando. No. Me han encontrado. Mierda mierda mierda. ¿Y ahora qué hago?

-Lo primero, vas a seguir andando porque la gente te está mirando raro- dijo Salem, a lo que Hécate empezó a andar hacia el barco -Bien, ahora piensa, no puede ser que...-empezó a decir mientras miraba a su alrededor, pero algo en el tejado de una casa interrumpió sus pensamientos-Mierda

-¿Qué pasa?-preguntó la bruja mientras miraba a su alrededor y jugueteaba con sus manos

-A la izquierda, segunda casa, en el tejado -susurró Salem mientras se escondía todavía más en la bolsa

La casa no tenía nada de especial, era blanca con los marcos de las ventanas de madera y el tejado rojo, pero no era la casa en sí lo que preocupó a su familiar. En la parte más alta del tejado, justo al lado de la veleta, había un pájaro de plumaje marrón oscuro. Un águila real, cuyo hábitat son las zonas montañosas, estaba en una isla prácticamente plana, mirándola fijamente, sin apartar la mirada en ningún momento.

-¿Es quién creo que es? -preguntó la bruja, que siguió andando hacia el puerto bajo la atenta mirada del águila

-Un familiar -respondió Salem

-Estamos jodidos

-Estamos muy jodidos

Una lucha constante (Eustass Kid)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora