Capítulo 36

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Había amanecido un día soleado después de la lluvia que cayó el día anterior. El olor a tierra mojada llegaba desde la isla al barco, los pájaros cantaban y no había ni una sola nube en el cielo. Era un día precioso, pacífico, y esa mañana Hécate había podido dormir un poco más de lo normal, y aún así, a las 9 de la mañana, hora a la que a mitad de la tripulación habría desayunado y la otra mitad estaba a punto de hacerlo, era la la segunda en levantarse. 

Ni se molestó en cambiarse de ropa, con el mismo pijama se dirigió a la cocina, donde Toshio la esperaba con un una taza de café y un poco de fruta sentado en una mesa apartada de todos los nakamas que la noche anterior habían bebido tanto que no llegaron a sus respectivas camas, entre los que estaban Neith, Heat y Wire abrazados entre sí, Dex y Alaric tumbados en el suelo como estrellas de mar y Killer prácticamente sentado donde Hécate juraría que dejó el día anterior, pero rodeado de más jarras de cerveza vacías.

-Un precioso día, ¿no crees querida Hécate?

-¿Qué planeas?

-¿YOOOO? ¿Qué podría yo planear para una panda de borrachos que me dejó ayer al cargo de cuidar el barco mientras se emborrachaban? Jamás haría algo así.

-¿Has escondido el ibuprofeno verdad?

-Y el café, que se jodan.

-Dame uno por lo menos para Kid, no quiero verle con otra resaca -dijo Hécate tras echarse un poco de café y MUCHISIMA leche en una taza

-EL CAPITÁN, alguien que no me dio la turra anoche y se fue a su habitación pronto, bendito sea el cabronazo.

-Siiii... sobre eso...

Y así fue como Hécate tuvo que buscar algo para la resaca de Kid por su cuenta porque Toshio se negó por completo a ayudarlo, tras retirar todo comentario a su favor, claro está.

Mientras tanto, en otro lado del barco cierto pelirrojo estaba sintiendo el dolor de cabeza antes de siquiera despertarse. La luz se colaba por la ventana y maldecía a su yo del pasado por no haber cerrado alguna cortina para tapar la luz, y su primer reflejo fue esconder la cabeza debajo de la almohada.

Hacía calor, demasiada luz, los estúpidos pájaros no dejaban de hacer ruido y juraría que iba a destruir el universo si así podía seguir durmiendo, pero de repente la puerta de la que creía que era su habitación se abrió y el olor a café llegó a él. La madera crujía bajo los pies de aquel que creía que era buena idea colarse en la habitación mientras el capitán "dormía" y, cuando el pelirrojo iba a ponerse a gritar que se fueran alguien habló

-Haz más ruido, no vaya a ser que siga dormido -susurró alguien lejos de Kid

-Cállate Toshio, haces más ruido tú que yo -dijo la que Kid había reconocido como Hécate a escasos centímetros de la cama mientras dejaba el café y la medicina en la mesilla- déjame coger algo de ropa del armario y me cambio en los baños comunes.

-Debería haber traído una sartén y haberla golpeado con una cuchara en su oído...

-Toshio, cariño, no tengo 14 años, no hace falta que me trates como una cría.- dijo Hécate mientras buscaba en el armario intentando hacer el mínimo ruido posible

-Como no se acuerde o te ignore me voy a enfadar.

-Tu lo que vas a hacer es callarte y ponerte en la puerta del baño mientras me cambio, venga.

Y tras eso, la puerta se cerró y se hizo el silencio. Entre el dolor de cabeza y el sueño que tenía Kid no había entendido una mierda de lo que acababa de pasar. Poco a poco sacó la cabeza de la almohada y abrió los ojos para ver que esa DEFINITIVAMENTE no era su habitación.

Una lucha constante (Eustass Kid)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora