I ☠️

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...

Esos insectos se acercan de nuevo...
¿Acaso no entienden que no soy más que una pila de huesos?
No tengo mente, no tengo alma... creo que ni siquiera tengo carne.
Entonces...

¿Qué quieren?

...
. . .
. . .
. . .

- ¡AH! - exclamó una grave y ronca voz. - ¡DÉJENME! ¡BASTA! ¡¡SUÉLTENME!! - intentaba hablar, pero comenzaba a ahogarse. Su acento extraño distorsionaba sus palabras, pero eran entendibles todavía.

Estiraba sus brazos intentando conseguir algo, pero la cuerda se apretaba aún más.
Era horrible.
Cada vez que se movía la misma cuerda se apretaba aún más como una anaconda asfixia a su presa.
Ya no sentía su cuello, ni siquiera sabía si el mismo seguía consigo mismo o simplemente era su cabeza intentando parecer que todo seguía siendo normal dándole la sensación de tener un cuello.

Fuera lo que fuera se estaba asfixiando. Las personas frente suya sólo se dedicaron a golpearlo, herirlo y hacerlo sentir como una basura. Lágrimas brotan tiñendo sus gentiles mejillas blancas como la leche de un brillo que acentuaba el único foco encendido sobre sí mismo.
Sus heridas dejaban caer aquél bello líquido carmesí que golpeaba en el suelo uniéndose con sus compañeros en un pequeño pero notorio charco rojizo entre tanto mármol negro.

¿Qué había pasado? No lo recuerda, o tal vez sí pero su cabeza estaba tan débil que apenas y podía mostrarle el mundo como era.
Veía a esos tipos, a esos desgraciados demonios de piel salmón y trajes índigo. Les escuchaba reír y burlarse de él, y eso le enojaba.
Pero más que enojarse se sentía horrible, porque, después de todo...

¿Qué pensaría su padre de todo ésto?

Levantó su débil mirada con las pocas fuerzas que tenía. Su departamento estaba destrozado y muchas cosas yacían en el suelo inertes.
Entre tantas cosas una era especial.

Brillante pelaje blanco con toques amarillos, grises y largas rayas cafés era visible gracias a la luz que llegaba al mismo. La figura tenía forma de felino pequeño; un gato de al parecer 10 años de edad.
Ya era mayor, pero eso no le impedía ser un gran y fiel compañero... pero había algo encima.

Esos bellos colores dignos de un cromatismo de algún pastel de vainilla y canela se perdían por hilos finos pero brillantes de rojo vivo. Bajo la silueta un gran charco rojizo casi igual al que él tenía debajo se acentuaba con sus brillosos destellos.

La silueta tenía una extraña figura sobre lo que se podía pensar era el vientre del pobre animal. Esa figura no era otra que un largo y filoso cuchillo clavado en el difunto animal como si fuera carne de cocina.

Las lágrimas no tardaron en volverse cataratas, y sus lagrimales eran el orígen de las mismas.

- Bien, ya ni siquiera se puede mover. - dijo uno de los demonios. - En efecto. Comencemos con el plan B. - dijo el otro demonio.

Ambos sujetos se retiraron de lo que presumiblemente era la sala del departamento dejando al peliblanco únicamente acompañado de su miseria.
La cabeza le daba vueltas y vueltas, las manos y piernas no respondían, sus ojos pesaban y sentía unas inmensas ganas de vomitar.

Unos segundos de sollozos y silencio después un sonido peculiar se adueñó del sitio. Parece que prendas de ropa eran tiradas afuera del sitio. Puede que simplemente quisieran tirar lo que les perteneciera para que pudieran usarlo después.
De reojo Tabi veía a sus secuestradores tirar algunas prendas de ropa suyas por la enorme ventana que guiaba a un callejón con contenedores de basura.

FNF - Betrayal [Tabi & Agoti] CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora