Capitulo 24

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ALYSSA MILLER

—Aurora, ¿metiste todo en las mochilas?—pregunta Dorotea y la rubia asiente— Ok, creo que estamos listos. ¡Vamos, Sebastian!

—¡Ya Nikolas nos está esperando abajo!—grito al ver el mensaje que me llegó.

—¡Ya voy!—sale de su habitación— Ni ir al baño tranquilo se puede ir con ustedes.

—¿Justo te agarran ganas de ir dos minutos antes de salir?—le pregunta Aurora con una ceja elevada.

El rubio se encoge de hombros y toma una de las mochilas.

—Uno... Dos...—comienza a contar... creo que ¿nuestras cabezas?— ¡Tres! ¡Son tres!—se desespera Doro— ¿Dónde está el cuarto? ¡Kol!

—Está abajo—le informo mientras le escribo a Nik que ya bajamos—. Dijo que el olor que salía del baño lo estaba matando.

Sebastian chasquea la lengua y pone los ojos en blanco.

—Como si el cagara flores... ¿Aunque si tiene como elemento tierra...?

—Kol no caga flores, Sebastian—Aurora frunce el ceño ante la idea.

—Ya vámonos, por favor—pido. Yo tampoco estoy soportando el olor que sale del baño.

Tomo una de las mochilas y la coloco en mis hombros para salir del departamento. Aprieto el botón para esperar el ascensor y nuestra tutora y las dos rubias no tardan en subirse conmigo.

Cuando ya llegamos a la plata baja, tomo del brazo a Aurora para retenerla y dejar que Dorothea y Sebastian salgan del edificio.

—¿Qué?—me pregunta.

—Necesito que una vez que saludes a Nikolas comiences a alejar a los demás así quedó a solas con él y lo saludo... Hubo una vez que le corrí la cara en frente de ustedes para que no me besara, y no le gustó. No quiero que suceda devuelta.

—Llevan ya como ¿un mes?—asiento— ¿Cuándo se los vas a decir?

—Por favor, A.

—Está bien.

Ella sale y yo lo hago más despacio para tardar en llegar a él.

Aurora consigue poner a todos de espalda, así que aprovecho el mini momento para tomar el cuello de la campera de Nikolas y arrastrarlo hasta mí para besarlo.

Cuando nos separamos, llevo mi dedo índice a mis labios, haciéndole la señal de que guarde silencio.

—¿Sigues sin decírselos?

—Solo lo sabe Aurora—señalo con la cabeza a la chica que nos sonríe de oreja a oreja, mientras los demás están hablando de otra tema.

Nik la ve con una sonrisa ladina. Tomo su mentón y volteo su rostro para que me mire.

—Dame un poquitito más de tiempo, ¿si?

Me da una última presión de labios antes de separarse lo bastante para que los chicos no sospechasen de nada.

—Sí—se voltea a los demás—. ¿Vamos?

🔥

Me arremango mi polera. La calefacción del comedor, más que me estoy moviendo de un lado a otro, provocan que muera de calor.

Acomodo los paquetes de comida como me habían asignado, cuando dos brazos me toman de la cintura y me levantan del suelo para llevarme.

Fuego [Gaianos 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora