Capitulo 14

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ALYSSA MILLER

Entro a la habitación de los chicos sin ni siquiera preocuparme por tocar.

Kol que está acostado sobre su cama y con el celular en las manos, arquea una ceja de manera interrogativa.

Alzo la bolsa de gomitas. Él chasquea la lengua y levanta las sábanas, invitándome a que me acueste con él.

—Sebastian y Aurora se fueron con Doro a hacer compras en el... ¿supermercado?—él asiente haciéndome saber que lo dije bien, todavía no me acostumbro algunas palabras— Así que quedamos los dos solos.

Me queda mirando y yo tardo un poco en descifrar lo qué pasa por su mente. Lo empujo por el hombro.

—El de mente sucia es Sebastian, no vos. Agh, convivir con él te está influenciando.

Sonríe y agarra un puñado de gomitas.

—¿Aprovechaste para sacar la bolsa de tu escondite ahora que las dos rubias se fueron?

—Sabes que con ellos no podes comer nada porque en dos segundos se lo devoran—blanqueo los ojos.

—Gracias por haberme tenido en cuenta para comer—dice después de haber tragado.

—Ey, ¿para que están los amigos sino?

Voltea los ojos y me empuja.

—¿Cómo estás de las manos?—pregunto.

Me extiende una y yo paso las yemas de mis dedos por su piel. Tiene un tono rosadito todavía y algunas llagas, pero mejoro bastante a como las tenía antes.

—¿Te estas poniendo la crema?

—Si, mamá—dice mirando él también su mano.

Abro los ojos horrorizada.

—Tu mamá me va a odiar cuando se entere de lo que te hice.

—Mi mamá y mi papá te aman, Alyssa.

—Si, pero porque nunca se enteraron de cada vez que te herí.

El toma mi mentón y me hace mirarlo a los ojos.

—Siempre fue por mi culpa. Yo sé y sabía que no debía acercarme a vos, y aún así lo sigo haciendo—me dice.

—Ese es el problema. ¿Por qué tendrías que salir herido cuando sólo pretendes ayudarme?

Suspira y ladea los labios.

—No lo controlas. Tampoco controlo mi nivel de preocupación por vos.

Niego con la cabeza.

—No intentes defenderme, Kol.

—No intentes culparte, Alyssa.

Lanzo todo el aire de mis pulmones y dejo caer mi cabeza sobre su hombro. No dice nada más. Le agarra la mano y entrelazo nuestros dedos mientras en silencio nos vamos comiendo la bolsa de gomitas.

🔥

Después de habernos terminado la bolsa en un pocos segundos, nos dormimos y, ahora, somos levantados por Sebastian entrando de golpe en la habitación.

—Ups—sonríe.

—Ups—murmura Kol enfadado.

Kol Parker se pone de mal humor siempre que lo despiertes de golpe.

—¿Qué hicieron mientras nos fuimos?—se saca la ropa para ponerse el pijama.

Bostezo y me acurruco contra el cuerpo del castaño, aún un tanto dormida.

Fuego [Gaianos 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora