Capitulo 29

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ALYSSA MILLER

Me besa la clavícula y cierro los ojos.

A alguien le aburrió lo película y decidió entretenerse con su novia al parecer.

Agradezco que Nino no esta hoy en la casa de Nikolas, sino que esta con Emma.

Juega con el dobladillo de la remera que llevo puesta y comienza desesperarme tanto juego. Por eso la tomo y me la saco de un tirón.

—Wow—dice Nikolas sorprendido por mi acción pero no le doy más tiempo para pensar algo más ya que lo tomo por la nuca y lo hago besarme.

Me estremezco al sentirlo recorrer cada parte de mi piel con las llamas de sus dedos.

Agarro su remera y me deshago de ella. Empujo sus hombros haciendo que se acueste en su cama.

—Mierda. No sabes lo bien que te ves en esa posición—dice mirándome desde abajo.

Sonrío y me agacho para besarlo.

—Pero también quiero verte abajo mío—dice haciendo que giremos y cambiemos de posición—. Perfecta—sonríe maliciosamente.

—Idiota.

Me inclino y comienzo a besarle el cuello. Pero él me hace pegar la espalda nuevamente al colchón. Baja la cabeza y deja besos húmedos por cada centímetro de mi piel. Arqueo la espalda al sentir como mete de a poco los dedos bajo la copa de mi corpiño. Ladeo la cabeza y me tenso al verme en el espejo. Parpadeo para asegurarme de que no estoy alucinando, pero es real.

Empujo a Nikolas para que salga de arriba mío y voy corriendo al baño. Lo escucho gritar mi nombre pero lo ignoro y me apresuro en poner el seguro en todas las puertas del baño.

—¿Qué pasó, Alyssa? ¿Me pase? Perdón si lo hice, yo...

—No—digo y trato de tragar para que mi voz no suene tan asustada—. Venias bien... No... no fue tu culpa.

—¿Que sucede, Aly? Háblame, me estoy preocupando. ¿Podes quitar el seguro?, quiero pasar.

Mi respiración comienza a acelerarse ante la idea que me vea.

—¡No podes!

—Me estas asustando, rojita. Confía en mí y decime qué es lo qué pasa.

Niego con la cabeza varías veces.

Vas a herirlo como lo hiciste aquella vez.

Me llevo las manos a la cabeza y cierro los ojos, buscando la forma de callar esa voz.

¿Y si lo matas? Vas a matarlo. Y sino él te va a odiar. No te va a perdonar otra vez.

Aly...

—Te voy a lastimar—susurro.

Se queda en silencio por unos minutos.

—No lo harías, confío en vos. Por favor abre la puerta así te ayudo.

Nadie puede ayudarte. Estás rota.

Nadie puede—repito en un sollozo—. Nadie.

—Por favor, déjame intentarlo.

Vas a prenderlo fuego. Imagínate lo que sufriría, las marcas que le dejaría. No sos alguien que deba estar a su lado, no lo mereces. ¡Vete ahora!

Asiento con mi cabeza y trato de levantarme. Camino hasta la puerta que conecta con la sala y trato que sin hacer ruido abrirla. Cuando lo logro, corro, sin importarme estar en corpiño. Necesito salir de esta casa.

Fuego [Gaianos 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora