ALYSSA MILLER
Agarro mi abrigo del perchero de pie al lado de la puerta y me coloco el gorro de lana.
La temperatura de Rosedale bajó muchísimo y por mucho que mi poder logré calentarme y no sufrir tanto el frío, lo odio a ese clima.
—Dorothea me comentó que en la Tierra hay muchas personas malas: violadores, asesinos, ladrones...—escucho a la rubia—. Tene cuidado.
—Lo sé, no va sucederme nada. Si me llegasen a atacar pongo mi mano en su cara y con un simple pensamiento puedo hacer que arda hasta que su piel se derrita. No solo con la cara lo puedo hacer—digo con doble sentido, refiriéndome que puedo quemar el miembro de un hombre si intentase atacarme, hasta lo haría con alguna mujer si fuera el caso.
Aurora pone cara de horror ante mi comentario y niega con la cabeza, seguro que para sacar la imagen que acabó de darle respecto a lo que dije.
—Mantenete pacífica, no vaya a ser que experimentes algunos sentimientos que te hagan descontrolarte y llegues a tener un episodio.
—Anotado—digo con sarcasmo—. ¿Algo más, mamá?
Me saca el dedo del medio y me mira con mala cara.
—Encima que me preocupo por vos.
—Amo que lo hagas. Después nos vemos, ¿si?—le tiro un beso y salgo por la puerta del apartamento.
Camino por el pasillo hasta ir al ascensor. Cuando llego a la planta de abajo, con un "buenas tardes" saludo al señor de recepción y me devuelve el gesto. Freno para ponerme mi abrigo y puedo ver por las enormes puertas de vidrio como Nikolas me espera afuera, concentrado en su celular.
La puerta hace ruido cuando la abro para encontrarme con él. Levanta la vista de su teléfono, lo guarda y me sonríe.
—Hola—le sonrío yo también.
—Hola, ¿vamos?—me pregunta y asiento.
Nos ponemos a caminar, uno al lado del otro.
El camino hasta la cafetería no fue tan silencioso, pudimos sacar un poco de conversación hasta que llegamos al local. Lo sigo a él y después de que hayamos pedido, vamos hasta una mesa al lado de la gran vidriera a tomar nuestros cafés.
—¿De dónde sos? No te vi nunca por esta zona, así que deduzco que no eras de por acá.
Esa pregunta me toma un poco desprevenida. ¿Cómo carajos no había pensado en eso?
—Canadá—suelto el primer país que se me viene a la mente.
—Lindo. ¿Estás de paso o pensas quedarte?
Me encojo de hombros y llevo la taza hasta mis labios, trago el líquido y contesto:
—No lo tengo definido, pero seguro vuelva, no sé cuándo, ¿en unos cuantos meses tal vez?
—O sea que nos vamos a poder seguir juntando—dice en un susurro.
Levanto la vista y lo miro con la cejas alzadas. Me sonríe, con sus hoyuelos marcándose en sus mejillas, y después desvía la mirada.
Tomo un sorbo de mi café para volver a dejar la taza sobre la mesa.
—¿Y vos sos de por acá?—pregunto después del minuto en silencio.
—Si, nací en este pueblo y nunca me moví de acá.
—Eso quiere decir que te lo conoces de punta a punta y en algún momento podrías ser mi guía turística.
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Fuego [Gaianos 1]
FantasíaElla es fuego, literalmente es fuego. Él es solo un simple humano. Ella tiene una misión que la lleva al planeta Tierra. Ahí lo conoce a él. Luego de terminar su misión va a tener que volver a su planeta, pero ella no quiere. Su enamoramiento por...