Capitulo 36

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NIKOLAS THOMPSON

Tres días se cumplen desde que se fue. Ayer por la tarde vinieron a despedirse Aurora, Sebastian y Kol porque tenían que regresar a Gaia.

Mamá y Emma me llamaron varias veces pero no les atendí. Sé que el timbre de la casa también sonó varias veces pero no fui a abrirles. Les mandé un mensaje diciendo que estaba bien pero necesitaba estar solo un tiempo. Aunque me preguntaron qué es lo que sucedía luego de haberle mandado ese mensaje, no insistieron más.

Estoy solo. Ni siquiera Nino está acá porque está de mamá desde antes de aquella fiesta en el lago. Igual lo prefiero así, no me gustaría ponerlo mal porque me tiene que ver en este estado.

En la cama todo el día. Casi sin comer. Y levantándome solo para ir al baño.

Estuve muchas veces con el paquete de cigarrillos en mi mano, pero cada vez que pensaba en la posibilidad de fumarme uno, hacía que piense en Alyssa. Así que terminaba por tirar el paquete lejos de mí y acostarme a llorar por ella. Porque la extraña y porque estuve a punto de fallarle y romper aquella promesa que le hice la última vez.

Son las ocho de la mañana. No puedo dormir porque mi cabeza todo el tiempo cree que va a llegar Alyssa para decirme que se escapo y podemos tener unas horas más solos. Así de patético me lastimo a mí mismo.

Me levanto porque tengo ganas de ir al baño, pero veo todavía los dibujos de Aly en mi escritorio. Me acerco a ellos y los tomo.

Me parecen ya un recuerdo lejano esas veces que la dibuje.

Frunzo el ceño a darme cuenta que a bajo del último que le había hecho hay un celular. Al tomarlo veo que es de Alyssa. Agarro la pequeña nota.

"Ve a notas de voz. -A"

Intento prender desesperadamente el celular pero se encuentra sin batería.

—¡Mierda!

Busco desesperado mi cargador y lo enchufo. Comienzo a caminar de un lado a otro, impaciente. Pruebo prenderlo, aunque hayan pasado como mucho unos treinta segundos, y después de tanto insistir, el celular se prende.

Mi mano tiembla mientras busco la app de nota de voz. Hasta que la encuentro. Hay solo un audio grabado, del mismo día que vi por última vez a Aly.

Tardo en apretar el botón de reproducir, porque estoy nervioso. Sé que me destrozará escuchar nuevamente su voz y saber que esto es lo único que me quedará de ella. Pero la intriga y desesperación por saber que dice también luchan conmigo. Termino apretando y cierro los ojos.

Estoy grabando esto mientras estoy viajando a la Tierra. No estoy segura de realmente llegar a tiempo, pero quise intentarlo de todas formas—la oigo suspirar—. Grabo este audio por miedo a no verte otra vez o a no animarme a decir todo esto. He oído tu audio, y tampoco me arrepiento de haberte conocido. Pero aún así, aunque me hayas dicho de que no me culpas, me gustaría pedirte perdón por lastimarte aquella vez y por herirte esta vez con todo este asunto. No voy a olvidarte, no mientras esté... viva—mi boca emite un quejido de dolor al escucharla—. Pero quiero que vos me olvides a mí—hace una pausa.

—¿De qué estás hablando, rojita?

Quiero que sigas con tu vida, que no te estanque en nuestra relación. Dolorosamente lo nuestro no puede ser y tenemos que aceptarlo. No te aferres a la esperanza de que algún día nos encontraremos, te lastimarás más al darte cuenta que eso no pasará. Y me encantaría que pase, pero... no hay nada que podemos hacer... Si quieres recordarme, hazlo, pero recuérdame como una de tus novias de tu pasado, alguien qué tal vez te hizo feliz. Pero haz tu vida, no te estanques. Sos hermoso y buena persona, no le quites el privilegio a alguien de tenerte como novio—se ríe suavemente y eso me saca una sonrisa entre las lagrimas—. Por Gaia, esto va a ser muy egoísta de mi parte cuando recién te acabo de decir que tengas otras relaciones, pero... Te amo, ojitos.

Siento como el aire desaparece.

Tal vez es demasiado pronto para decirlo, pero es que lo estuve pensando en estos días y el te quiero ya no le hace justicia a lo que siento por vos. Así que sí, te amo, Nikolas Harry Thompson, y te agradezco por también haberme chocado fuera de la cafetería y por haber ido justo ese día al bosque. Fuiste como una nueva esperanza para mí, me aceptaste tal cual soy, incluso sabiendo y viendo lo destructiva e inestable que soy—puedo oír como solloza y eso rompe mi corazón más de lo que está—. Sé feliz, ojitos. Y este donde esté, sé que también seré feliz al saber que vos lo serás.

Un enorme silencio se extiende y veo que se corto el audio.

Me tapo el rostro con las manos, y como si estuviera loco, comienzo a reírme mientras las lagrimas nunca terminan y siguen saliendo.

—Nunca voy a olvidarte, Aly. Este o no esté con alguien, voy a recordarte todo el tiempo como el fuego ardiente que apareció en mi vida—susurro como si ella pudiera escucharme.

Dicen que dónde hubo fuego cenizas quedan, y siento que estas nunca van a desaparecer.

Dicen que dónde hubo fuego cenizas quedan, y siento que estas nunca van a desaparecer

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Fuego [Gaianos 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora