Capitulo 23

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NIKOLAS THOMPSON

—¿Nerviosa?—pregunto en su susurro contra su oído.

Deja de contemplar la casa y me mira.

—Admito que un poco, pero un poquito, eh—con su pulgar y su índice me indica que tan poco.

Río y la rodeo desde atrás con mis brazos.

—Claro, rojita.

Antes de que podamos dar un paso para acercarnos a tocar timbre, la puerta se abre.

—Hermanita—digo frunciendo un poco el ceño.

Por un momento me imagine a mamá abalanzándose a la puerta por los nervios de conocer a Aly... pero supongo que mi imaginación falló.

Emma asiente y después mira a la chica, que todavía abrazo, con una sonrisa.

—Hola, de nuevo.

—Hola, Emma.

—¿Y... mamá?—pregunto algo confundido.

—Ella los vió desde la ventana apenas llegaron y se encerró en su cuarto para fijarse si esta bien arreglada—se oye un golpe en una puerta—. Ella dice que pasen—su sonrisa se ensancha con diversión.

Pongo mi mano en la espalda baja de Aly para empujarla a caminar. Cuando pasamos por el marco de la puerta de entrada, uso mi mano libre para llevar mi dedo incide y medio a la frente de Emma para golpearla.

Apenas llegamos al living, una chica de cabello azul se levanta del sillón y nos sonríe.

—Aly, ella es Leyla, la novia de Emma. Leyla, ella es mi novia, Alyssa.

Se saludan y escuchamos el ruido de una puerta abrirse así que los cuatro miramos en esa dirección.

—Hola, mamá—sonrío pero ella se queda mirando a Alyssa—. Bueno me siento olvidado.

Aly agacha la cabeza avergonzada, que mamá la mire de esa forma tan directa no ayuda.

Carraspeo y mamá sacude la cabeza como si volviera a la realidad.

—Perdón es que... Se ven tan lindos juntos—con un brillo en los ojos observa como nos tomamos de la mano, que realmente no sé cuándo fue el momento.

Ella se acerca y puedo ver sus ojos aguados.

Escucho de fondo a Leyla y Emma susurrarse.

—Ella está demasiado sentimental—dice mi hermana y aprieto los labios, soportando la risa.

—Shh, es adorable.

—Un gusto, Sarah—le dice la pelirroja sonriéndole de forma tímida.

Mamá aumenta su sonrisa y la toma por sorpresa al abrazarla. Luego estira su brazo derecho para engancharme del cuello y unirme al abrazo.

—Estoy tan feliz. Vengan ustedes dos también, chicas.

—Mmm no—oigo la voz de Emma—. Nosotras estamos bien observándolos desde acá... lejos.

Leyla se ríe por lo bajo.

El abrazo se desarma y mamá ya está llorando.

—Ay, viejita. ¡Auch!—me quejo tocándome el hombro donde acaba de golpearme.

—Te dije que no me digas viejita, Nikolas Harry Thompson—me reprocha entre lágrimas.

Se aleja antes de que alguno pueda decir algo. Pestañeo sorprendido. Aly se voltea hacia mí con preocupación.

Fuego [Gaianos 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora