ALYSSA MILLER
Me encuentro mirando a través de la ventana a mi lado. Viendo a un grupo de niños entrenado con sus elementos. La diversión es sus rostros es inexplicable. Parecen estar jugando en realidad, más que entrenando.
—Alumnos—escucho el ruido de una voz y eso hace que preste atención a la maquina de donde proviene—. Mañana es el gran día que tanto esperamos.
Puedo escuchar algunos murmullos emocionados a mí alrededor. Yo me quedo callada y sigo prestando atención a la voz.
—Todos estos años los preparamos para esta misión, no fallen. Mañana nos encontraremos en la tierra sagrada para despedirlos. Ya saben horario y demás cosas. Si les surge alguna pregunta no duden en consultar a las autoridades.
Termina de hablar y los gritos de todos se escuchan dentro de las cuatro grandes paredes blancas.
Miro a mi alrededor y sonrío ante la escena. Paso la mirada por mi amiga y ella se acerca a mí con una sonrisa de punta a punta.
—¿Emocionada?—pregunta cuando se sienta a mi lado.
—Mucho—digo sincera—. ¿Y Vos?—le pregunto.
—Algo, sí—pongo los ojos en blanco al verla actuar con falsa indiferencia, sé que por dentro se está muriendo de la emoción.
—¿Cómo andan mis amigas hermosas?
Giro mi cabeza en dirección a la voz de Sebastian.
—Bien, agüita.
Me guiña un ojo y se sienta con nosotras. A los segundos aparece el cuarto restante con su típica mirada fría.
—Me duelen los tímpanos por los gritos patéticos de todos—comenta una vez que está frente a nosotros.
—Ey, es la emoción—le dice Aurora.
Pone los ojos en blanco y bosteza.
—Lo que tú digas.
Doy una pequeña carcajada y niego con la cabeza.
Kol es la persona más seria que haya visto en mi vida. Todo el mundo está saltando y con una sonrisa por esta misión, él no. Cada uno reacciona como quiere, supongo.
Agarro mis cosas y las guardo para levantarme junto a ellos. Salimos del edificio en donde nos suelen enseñar y nos vamos caminando, como todas las tardes, hasta el árbol más viejo del planeta. Es como nuestro lugar.
A estos chicos los conozco desde muy pequeña. Desde una corta edad, las autoridades forman los grupos por lo que llevo años junto a ellos.
—¿Dicen que vamos a lograr hacer la misión?—suelto en un suspiro.
—Danos algo de esperanza, amor—bromea Sebastian.
—Y tampoco les saques las líneas a Kol, solo él puede ser negativo—aclara mi amiga.
Nos reímos los tres, exceptuando él.
—¿Alguna vez les dije que me caen mal?
Nos reímos aún más a lo que dice y puedo notar como una sonrisa, que seguro no puede evitar, se va formando en su cara.
Kol no es mala persona. Su humor raro, su negatividad, su frialdad y su seriedad lo complementan y lo hacen único.
Cada uno tiene su propias características, además de las que representamos por nuestros signos.
Nos encontrábamos todos acostados sobre el pasto, mirando al cielo lleno de nubes.
—¿Alguna vez se preguntaron qué sería si no nos hubiesen puesto juntos?—pregunta Aurora— Me refiero, si cada uno hubiese estado en otro grupo.
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Fuego [Gaianos 1]
FantasyElla es fuego, literalmente es fuego. Él es solo un simple humano. Ella tiene una misión que la lleva al planeta Tierra. Ahí lo conoce a él. Luego de terminar su misión va a tener que volver a su planeta, pero ella no quiere. Su enamoramiento por...