La reportera Kara Danvers se va a Irlanda tras un corazón roto y una gran necesidad de salir corriendo. Allí, conocerá a la profesora de historia Lena Luthor la cuál no solo le enseñará lo que significa ser Irlandés, sino que le enseñará lo que es e...
Miré por la ventana y estábamos por aterrizar, desde aquí se veía la ciudad plegada de nieve.
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Tomé aire y suspiré. Dejé que mis dedos golpearan mi rodilla en un intento de hacer un ritmo solo para pasar el tiempo. Quería aterrizar de una vez.
—¿Estás bien, tía? —Preguntó Lena y la miré.
Tenía a Kara de mi lado y Lena estaba al suyo. Le sonreí y asentí.
—Sí, estoy bien. Solo que quiero aterrizar de una vez, me pone nerviosa viajar en avión.
—¿Segura que es solo eso? —Me preguntó y le asentí.
Miré hacia delante y observé a la azafata que nos indicó que debíamos ponernos el cinturón. Mi corazón latía tan rápido que latía fuerte.
—¿Vamos a alquilar un auto? —Preguntó Lena hacia Kara.
—No, está vez no. Alex nos vendrá a buscar.
Miré hacia Kara un segundo y suspiré. Creo que Eliza estaría esperando, creí que la vería.
—¿Esperabas a mamá, verdad? —Me preguntó y sentí que quedaba roja—. No te preocupes, no viene porque está ayudando a Kelly.
Asentí y sonreí como pude. Estaba deseando verla. Es la boda de Alex y Kelly, Kara sería la madrina y James, el hermano de Kelly, sería el padrino. Salimos del avión y luego de tomar nuestras cosas, vimos a Alex esperando. Solo que mi corazón explotó como loco al ver que a su lado estaba Eliza.
—¡Vas a casarte! —Le gritó Kara a su hermana.
Salió corriendo, dejando la maleta en manos de Lena y fue directo a darle un abrazo. Me quedé a una distancia prudente mientras veía a Lena saludar a Eliza con un abrazo y luego dirigirse a Alex. Kara se acercó a su madre y le dió un abrazo fuerte para luego señalarme.
—Ve con tu chica...
Me reí, muy avergonzada, mientras veía a Kara empujar a su madre hacia mí y luego acercarse a Alex y Lena. Mi corazón tembló como un loco hasta que estuvo a mi lado. No dudé en acercarme y darle un fuerte abrazo. Cerré los ojos y sonreí al sentir el aroma de su perfume.
—Puedo sentir los latidos de tu corazón en mi pecho.
Dijo Eliza en un susurro, cerca de mi oído. Me reí y me acerque para responderle.
—Me dijeron que no vendrías y me puse nerviosa al verte. —Dije y me tomé una pausa—. Te extrañé...
—Yo también te extrañé...
Me alejé un momento para mirarla a los ojos y estos brillaban. Estaba demasiado bonita, demasiado. Nos miramos un instante que se vivió eterno.
—¡Ya bésala! —Dijo la voz de Alex y ambas nos reímos.
