La reportera Kara Danvers se va a Irlanda tras un corazón roto y una gran necesidad de salir corriendo. Allí, conocerá a la profesora de historia Lena Luthor la cuál no solo le enseñará lo que significa ser Irlandés, sino que le enseñará lo que es e...
El regreso a la vida cotidiana fue un golpe duro. ¿Por qué? Porque por muy hermosa que era nuestra etapa de luna de miel, mi trabajo se acumuló. Y me estaba enfrentando a una situación difícil que no sabía qué hacer. Darren me habló en privado y me explicó que durante mi ausencia tuvieron que despedir un par de reporteros y que el diario iba a cerrar sus puertas. Así que me enviaron a casa.
Llegué a casa más temprano de lo usual y me quedé en el sillón, tomé los recuerdos de nuestra de luna de miel y sonreí mirando la foto de la cabina de fotos que nos sacamos en Oxford.
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Sentí que la puerta se abría y sonreí al ver a Lena.
—¡Amor! ¿Estás en casa tan temprano?
—Sí... Salí temprano.
Supe que notó por mi voz que algo no estaba bien. Dejó sus cosas en el sillón de enfrente, se quitó el saco y se sentó a mi lado para abrazarme mientras yo seguía mirando.
—¿Qué sucedió? —Preguntó y respiré hondo para luego suspirar pesadamente como si eso me aliviara—. Sabes que puedes decirme lo que sea.
Me quedé cerca de su cuerpo, dejándome abrazar y sintiendo tristeza.
—El diario va a cerrar sus puertas.
Le conté y me miró con sorpresa.
—¿Qué? ¿Cómo qué va a cerrar sus puertas?
—Sí, Darren quiso esperar a después de nuestra boda porque no quería arruinar nuestra luna de miel o el festejo. —Le conté y suspiré nuevamente—. La crisis económica que hay en Europa está afectando a la ciudad y el diario no está llegando a tanta gente como se esperaba desde que la tecnología está al alcance de todos.
—Oh, mi amor... ¿Y cuándo va a cerrar?
Me quedé en silencio y suspiró, acariciando mis brazos con amor.
—¿Ya cerró verdad? —Me preguntó y asentí.
—Y me siento mal porque me gusta ese diario, Lena. —Le dije y la miré—. Y acabamos de casarnos, yo también necesito trabajar.
—Muy bien, espera... —Dijo y me señaló la casa—. La casa está paga, es nuestra. Yo estoy trabajando y estoy segura de que si hablas con Cat podrías volver a CatCo desde la distancia.
—No lo sé amor... —Dije y cerré los ojos cuando sentí su beso en mi cabeza—. No quiero pensar ahora mismo.
—¿Quieres que te cuente algo que te hará reír? —Me preguntó y asentí—. Mis alumnos se estuvieron pasando por WhatsApp un vídeo nuestro de nuestra boda.
La miré con sorpresa y se mostró avergonzada.
—¿Qué vídeo pasaron?
—Uno dónde estoy bailando como estúpida con Andrea y otro donde tú y yo nos estamos dando un beso mientras bailamos.
