Ya en la casa de los chicos bajo del coche donde Axel sostiene la puerta dejándome salir.
Son muy caballerosos.
Cada vez que subo o bajo del coche alguno de ellos me sostiene la puerta para que baje.
El camino del garaje a la casa está hecho por un camino de piedra bastante bonito pero al aire libre. Las primeras gotas de lluvia caen encima de mi cabeza para después empezar a caer goterones más fuertes y grandes.
-Oh mierda.-alguien me agarra de la mano y me lleva corriendo hacia el interior de la casa al igual que sus hermanos, detrás nuestro.
Dentro de la casa Callum cierra la puerta y Luca suelta mi mano -el era él que me arrastró anteriormente-. Callum se voltea hacia nosotros y nos quedamos mirando, segundos más tarde estamos riendo porque estamos completamente mojados y despeinados.
-Hay que darte algo, muñeca. No queremos que te enfermes. - dice Caleb.
-Es cierto. Voy a buscarle algo para que se seque y se cambie. -agrega Aiden para después irse por las escaleras.
-Voy a prender la chimenea. Ven, pequeña. -interviene Callum.
¿Les he dicho lo que causan sus apodos en mi?
Hace unos días, cuando los siete estábamos en una cafetería porque me querían invitar a comer algo, empezaron a ponerme sobrenombres.
Aiden me llama princesa.
Axel me llama preciosa.
Luca me llama nena.
Alex me llama Lee.
Caleb me llama muñeca.
Y Callum me llama pequeña.
Cada vez que alguno me llama así, hace que rinocerontes en mi interior causen estampidas.
Callum y Alex están prendiendo la chimenea mientras de Luca está atrás mío abrazándome por la espalda para que no me congele. Axel se fue a no se donde con Caleb. Aiden aparece por la puerta principal de la sala y me hace un gesto con el dedo para que lo siga, yo como buena sumisa lo sigo.
Subimos la escaleras hasta la segunda planta para después entrar a una habitación bastante lujosa. Tiene una cama king en el centro con dos mesitas de noche a los costados, al frente está un televisor bastante moderno. La habitación está a oscuras ya que la luz natural no es que esté tan fuerte, Aiden y yo estamos en silencio, dejando que los murmullos de sus hermanos que están abajo ambienten el silencio entre los dos. Aiden me señala cuatro prendas de ropa que están en el borde de la cama con una toalla.
-Aquí tienes un buzo y un poleron, también te dejé un bóxer nuevo y limpio porque supongo que tu ropa interior está mojada, tienes medias para que no te enfríes los pies y una toalla para que te des una ducha si deseas. -termina de explicar.
-Okey, gracias. -le doy una sonrisa de boca cerrada y el se queda quieto observándome.
-No hay problema, princesa. -termina de decir eso y con una sonrisa maliciosa que no entiendo sale de la habitación cerrando la puerta detrás de el.
Agarro la toalla que puso Aiden en la cama y me dirijo hacia el baño para prender la ducha. Mientras espero a que se caliente el agua me detengo a detallar el baño. Se nota que es lujoso. Bastante. La encimera del lavamanos está hecha de mármol negro con detalles blancos, hay un espejo grande al frente y por último está una ducha bastante grande como todo en esta casa con paredes de vidrio.
Me desnudo y pongo mi cabello en un moño alto para no mojarlo más y procedo a darme una ducha rápida.
(...)
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Eviterno
Teen FictionEviterno (adj. culto) Que tiene principio pero no fin o que su duración no es temporal. Leah se muda a un nuevo país, está en su primer año de universidad y se encuentra a seis hermanos demasiado atractivos por una fiesta que terminó mal. ¿Podrá Lea...