Capítulo 4

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Sentí un nudo en la garganta y tragué saliva al escuchar lo que dijo, fue como si un balde de agua fría cayera sobre mí.
Mis piernas querían doblarse; yo no estaba preparada para algo como eso.

—Yoongi, ella es mi amiga T/N  —dijo Alexa a Yoongi, pero ni él ni yo dijimos nada ,era como si nos hubiéramos quedado congelados por un momento.
Él agachó la mirada y entoces comprendí lo que estaba pasando.

Tres años habían pasado y con el tiempo las personas cambian, así como también sus sentimientos.
Agaché la mirada, tratando de contener mis lagrimas que estaban a punto de escaparse y no dije nada.

—T/N, te estaba buscando —escuché la voz de Jungkook a mis espaldas al mismo tiempo que tocó mi hombro—. ¿Nos vamos?

Asentí e hice una pequeña reverencia para despedirme de Alexa y Yoongi.

—Gusto en conocerte —le dije a Yoongi—. Buenas noches.

No esperé respuesta y empecé a caminar hacia la salida mientras Jungook me seguía.

En ese momento solo quería correr y escapar sin saber a dónde, quería encerrarme y soltarme a llorar hasta que ya no pudiera más.

El corazón me dolía tanto que lloraba por sí solo en silencio.
Jungkook y yo íbamos en el auto sin decirnos nada.
Me recargué en la ventana,  esperando que pronto llegara a mi casa.
Pero el tiempo parecía eterno, incluso cuando quería estar sola, los minutos no avanzaban.

Tenía muchas preguntas en mi cabeza y que me habría gustado que él respondiera, pero tal vez ya no importaba, él ya había elegido estar con otra persona.

Me sentí culpable por sentirme miserable, por creer que una persona puede llegar a amar a otra a pesar del tiempo, a pesar de los años y a pesar de los cambios.

Sin duda iba a ser un gran reto para mí olvidarme de lo que sentía por él pero tenía que hacerlo porque no tenía otra salida.

Llegamos a mi casa y abrí la puerta del auto; giré a ver a Jungkook antes de salir y le di las buenas noches.
Entré a mi casa, cerré la puerta y me recargué en ella.

Para ese momento mis ojos cristalinos ya no me dejaban ver por la acumulación de lágrimas.

Estaba tratando de ser fuerte pero por dentro solo sentía un  vacío y una opresión muy grande en el corazón.

«Tiene novia...

Yoongi tiene novia»

No puede contenerme más y mis lágrimas empezaron a caer.

Me fui deslizando poco a poco hasta llegar al piso, así como mis lagrimas caían, yo también lo iba haciendo.
Levanté mis rodillas y agaché mi cabeza para llorar en ellas.

Quería sacar todo mi dolor, quería expulsar cualquier tipo de sentimento que tuviera por él porque en ese momento lo que más odiaba era seguir queriéndolo.

*

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La noche anterior había sido una de las más largas de mi vida porque a parte de haber estado llorando, había estado meditando.

Bajé del autobús y caminé hacia la universidad.
Entré y me fui directo al salón.
Llegué y abrí la puerta.

Alexa estaba ahí, sentada en su lugar y al verla no pude evitar sentirme incomoda.
Me saludó con una sonrisa y me llamó.

Era cierto que me dolía verla incluso a ella, pero tenía que admitir que Alexa no sabía nada y que tampoco era su culpa que yo me sintiera de esa manera.

Le sonreí fingiendo que no pasaba nada y me acerqué a ella como si todo estuviera bien, pues tampoco quería perder a una amiga.

Pasaron varias horas y volví a casa.
Me cambié la ropa y volví a salir para ir a trabajar.
El lugar al que iba era una librería y solía trabajar ahí después de ir a la universidad.

Llegué a la parada y vi que un autobús estaba estacionado mientras subían algunas personas.

Me acerqué y subí.
Me senté junto a la ventana y me quedé viendo a través de ella mientras los demás subían.
En ese momento mi vista se bloqueó por otro autobús que acababa de llegar.
Se detuvo un momento y solo bastó que se apartara para ver que había dejado a alguien al otro lado de la calle.

«¿Yoongi?» me sorprendí al verlo.

«¿Qué hace él aquí?»

Él me vió y se quedó sorprendido.
Hicimos contacto visual y luego el autobús empezó a moverse.
Lo seguí con la mirada hasta que quedó fuera de mi alcance y él hizo lo mismo.

Giré la mirada hacia el frente con esa duda de saber qué estaba haciendo ahí pero el sonido de mi celular me hizo reaccionar y lo saqué para contestar.

—¿Si?

—Hola, T/N —dijo Junkook—. ¿Cómo estás? Tenía la impresión de que ayer no te sentías bien pero no quise ser entrometido y preguntarte si había pasado algo.

—Ah, no te preocupes, estoy bien. Solo me empezó a doler la cabeza pero ya estoy bien.
Tal vez solo fue el estrés de la escuela.

—¿Estas segura?

—Si.

—¿Y estás en tu casa?

—No, ya me voy a mi trabajo.

—¿Y trabajarás también mañana?

—No, mañana no porque llegará el hijo de mi jefe y él se encargará de cuidar la librería.

—Ah, entiendo.
Tengo que colgar, ¿segura que estás bien?

—Si, te digo que solo fue el estrés pero ya estoy bien.

—Está bien, tal vez tengas razón, a veces también me pasa.
Aunque creo que deberías salir un poco más para distraerte.

—¿Salir a donde?

—No lo sé, a cualquier lugar, tal vez a tomar un helado.

—Sabes que no tengo muchos amigos.

—¿Y yo qué soy? —Me quedé en silencio—. Tengo que colgar.

—No, espera.

—Te veo mañana a las 4 en punto.

—¿Eh?

—Ya que mañana no vas a trabajar, pasaré por tí a esa hora. —Colgó la llamada.

—Qué directo.

Guardé el celular y me quedé sentada mientras esperaba llegar a mi destino.

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