Capítulo 5

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3:45 pm.

Era un nuevo día y me encontraba en casa.
Tenía puesto un short, una playera, unos tenis y el cabello me lo había amarrado en una coleta.

Me estaba poniendo unos aretes cuando escuché que sonó el timbre de la puerta.

Bajé y abrí.
Era Jungkook y tenía puesto unos jeans azules y una camisa blanca.

—¿Estas lista? —me preguntó con una sonrisa.

—Si. —Salí y cerré la puerta—. ¿Y tu auto? —le pregunté al ver que no estaba estacionado.

—Vamos a tener que irnos en taxi porque se lo presté a Tomy.

—¿Y eso?

—Es que quiere impresionar a su novia.

—Ah.

—Si.
Y por cierto, ¿conoces un buen lugar para tomar un helado?

—Creo que recuerdo uno al que fui una vez.

—Entonces vamos.

Tomamos un taxi y nos dirigimos a la heladería; después de unos minutos llegamos.
Entramos y nos dirigimos al mostrador para que tomaran nuestra orden.

La chica nos pidió que buscáramos un lugar para sentarnos y los dos giramos para buscar una mesa vacía.

Mi suerte no podía ser peor.
Alexa y Yoongi estaban en el mismo lugar, sentados junto a una mesa.
Él estaba de espaldas pero ella me vió y alzó su mano.

—¡T/N! ¡Por aquí!

Yoongi giró y al verme volvió a girar hacia Alexa.

No quería ser grosera pero solo pensé en pasar a saludar y buscar otra mesa.

—Ella es tu amiga, ¿verdad? —dijo Jungkook.

—Si. —Empecé a caminar hacia ella y Jungkook empezó a seguirme.

Llegamos junto a ellos y vi que Yoongi agachó la mirada.

—Hola —dijo Jungkook haciendo una reverencia.

—Hola —respondió Alexa—, parece que el destino nos ha reunido.

—Así parece —dijo Jungkook.

Por alguna razón no podía seguir la conversación, me sentía incomoda y no me estaba concentrando.
Yoongi tomó su cuchara y empezó a comer de su helado pero al mismo tiempo estaba tratando de no verme.

—Siéntense con nosotros —dijo Alexa—, aquí hay dos asientos vacíos.

—No —respondí—, es que no queremos incomodarlos.

—Pero no nos están incomodando. —Sonrió—. ¿Verdad Yoongi? —Giró a verlo.

Él solo agachó la mirada y negó con la cabeza.

—No.

—¿Ves? —dijo Alexa mientras abría la silla que se encontraba a su costado—. Siéntate. —Ella estaba sentada frente a Yoongi y se cambió de lugar para quedar a su costado y nosotros frente a ellos.
Jungkook quedó frente a ella y Yoongi frente a mí—. ¿Y en dónde estudias? —le preguntó a Jungkook.

Él le respondió y siguió hablando pero yo no era capaz de poner atención a lo que le estaba diciendo.
Era como si mi cuerpo estuviera ahí pero mi mente estuviera vagando por otro lado.
Con tantos recuerdos y tantas inquietudes que tenía con respecto a Yoongi y sobre todo porque me había dado cuenta que él me veía de vez en cuando.

—...Tienes razón —dijo Jungkook.
Él y Alexa empezaron a reír y yo no supe de que estaban hablando.
Giré a ver a Yoongi y tampoco estaba riendo, solo estaba comiendo su helado mientras veía hacia otro lado.
La chica que nos atendió llegó con nuestros pedidos; los dejó en la mesa y se fue.
El de Junkook era de fresa y el mio era de chocolate.
Se veía tan delicioso que no quise seguir esperando, tomé la cuchara y me serví una cantidad muy grande.
Me la llevé a la boca y sin querer se me cayó un poco.
Dejé la cuchara y me limpie la barbilla con la mano.
Jungkook tomó una servilleta y estiró su brazo hacia mí—. Todavía tienes un poco aquí. —Me limpio él mismo cuando yo no esperaba que lo hiciera.

—Gracias —le respondí avergonzada.
Tomé la servilleta con la que me había limpiado y la puse sobre la mesa.
Giré hacia el frente y Yoongi me vió; hizo una mueca y desvío la mirada.
No le di importancia y seguí comiendo.

Pasaron algunos minutos y estuvimos hablando de cosas sin importancia, solo sobre la escuela y lo difícil que eran algunas materias.

Alexa se puso de pie y se fue al baño.
Los tres nos quedamos en silencio y sin saber qué decirnos
El celular de Jungkook sonó y lo sacó para contestar.

—¿Si?¿Qué sucede? —Se puso de pie—. Espérame un momento. —Giró a verme—. Voy a atender esta llamada.

—Claro —le respondí y él empezó a caminar hacia la puerta; salió de la heladería y se quedó parado afuera.

Mi corazón empezó a acelerarse cuando me di cuenta que me había quedado sola con Yoongi.
Empecé a ponerme nerviosa y no sabía qué hacer.
Ya ninguno de los dos tenía helado pero él de vez en cuando tomaba agua de su botella.

Alexa no volvía y ya no quería seguir ahí.
Trataba de no verlo pero lo tenía justo en frente, y al bajar la mirada, mi atención se iba hacia a sus manos.

Giré hacia otro lado para no verlo pero su voz me hizo girar nuevamente.

—T/N... —hizo una pausa y me quedé atenta a lo que iba a decirme— ¿estás...

—Ya volví —dijo Jungkook a mi costado.
Giré a verlo y él volvió a sentarse.
Vi a Yoongi y él abrió su botella para tomar agua, dejándome con la duda de saber qué era lo que me quería decir—. Era mi hermana —dijo Jungkook—. Está molesta porque encontró tu ropa en mi habitación. —Yoongi tosió en ese momento y me hizo girar la vista.
Parecía que se estaba ahogando pero luego se controló y siguió tomando agua.

—¿Y qué le dijiste? —le dije a Jungkook.

—Nada, ella es mi hermana pero no tengo por qué darle explicaciones.

No dije nada, pues esa era su decisión después de todo.

Nos quedamos en silencio por un momento y luego llegó Alexa.

—Ya volví —dijo ella, pero ninguno dijo nada y se nos quedó viendo—, había una gran fila allá adentro y solo servía un baño.

—Menos mal que no te hiciste —dijo Yoongi.

Esa era la primera vez en todo el día que abría la boca para decir más de una cosa y solo había sido para contar un chiste.
Empecé a reír y los demás también a excepción de Alexa.
Ella le jaló la mejilla a Yoongi y volvió a sentarse.

Pasaron unos minutos y llegó el momento de irse.
Pagamos y los cuatro nos dirigimos hacia la puerta.
Alexa salió primero y yo la iba siguiendo.
Quise girar hacia atrás para esperar a Jungkook y sentí que iba a caerme al tropezar con algo.
Yoongi iba tras de mí y me tomó del brazo para impedir que cayera.
Lo vi; él me soltó y seguí caminando.

Llegamos afuera y nos despedimos.
Yoongi y Alexa se dieron la vuelta y se fueron en la otra dirección mientras Junkook y yo los veíamos.

—¿Y ahora? ¿Tomamos un taxi? —le pregunté a Junkook.

—Si, pero aún no.
Quiero caminar contigo un rato. —Sonrió y me frotó la cabeza; se dió la vuelta y empezó a caminar mientras yo me quedaba parada sin resccionar.
Después de tanto tiempo que no lo hacía, se me había olvidado que antes tenía esa costumbre—. Por cierto, T/N. —Se detuvo—. Yoongi es mi amigo. —Siguió caminando.

¡¿Cómo?! 

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