6 días antes del secuestro
El fin de semana transcurrió con normalidad, no hubo más señales paranormales ni rastro de Zalgo en nuestras vidas, aquel viernes pareció haber sido tan solo un mal trago.
La madrugada del lunes se salió de esa línea de tranquilidad: me despertaba cada poco tiempo agitada por pesadillas que se repetían una y otra vez. En ellas se escuchaban susurros y murmullos, al igual que golpes en las paredes de mi alrededor. Sin embargo, no podía ver nada.
Cuando desperté de aquel calvario tan solo eran las tres de la mañana, pero fui incapaz de pegar ojo el resto de la noche.
Al llegar al instituto con apenas energía, empecé a buscar a los demás en sus respectivas clases, aún no habían llegado y eso fue extraño, ya que eran más puntuales que yo.
—Habrán pasado una mala noche también —pensé.
Rendida, caminé por el pasillo que me llevaría a mi clase, hasta que vi un altar que me desconcertó. Era un memorial de unos estudiantes que habían fallecido recientemente, ocho en concreto, al fijarme más, éstos tenían nuestras fotos. Me quedé atónita, parpadeé varias veces y se esfumó.
—No he dormido, debe ser por eso... —dije mentalmente tratando de autoconvencerme.
Entré a clase y allí estaba Locke, no hablé sobre lo ocurrido y dejé que el día siguiera su curso.
2 días antes del secuestro
Nadie del grupo se atrevió nunca a hablar sobre el tema, de hecho, apenas hablábamos entre nosotros.
Ya era viernes, había pasado una semana desde la invocación y sabía que no era la única a la que le habían estado pasando cosas raras.
—¿Vamos a seguir evadiendo el tema? —pregunté mirándolos a todos, necesitaba hablar de esto ya que me estaba consumiendo por dentro.
—Vosotros también lo escucháis, ¿verdad? —contestó Lana abrazándose a sí misma.
—Los susurros... —dijeron los hermanos Brian y Fu a la vez.
—Y los golpes, las alucinaciones... ¿vosotros también sentís que os tocan los pies en la cama mientras dormís? —Josh le temblaba la voz mientras hablaba.
—¡Algo hemos hecho mal, está claro! —dijo Locke nervioso.
—Tal vez no cerramos bien la invocación —respondió Lexy.
—No tiene sentido, leí los pasos una y otra vez y los completamos al pie de la letra —comentó preocupado Brian mirando al suelo. Con lo perfeccionista que era él me extrañaba que hubiéramos hecho algo mal.
—Se nos tiene que haber escapado algo... Por ahora deberíamos tranquilizarnos y estar alerta por si va a más —contesté.
—Tenny tiene razón, debemos andar con cuidado y no separarnos en este problema —me apoyó Carl.
Todos los demás asintieron temerosos y regresamos a nuestras casas tras terminar la jornada.
Esa misma noche, tuve un sueño aún más fuera de lo común. Estaba en mi habitación cuando algo (o alguien) empezó a tocar las paredes suavemente, hasta que poco a poco el ruido resonó con más intensidad, como si varias personas las golpeasen con fuerza. Asustada, salí corriendo de casa, no sé por qué, pero el bosque parecía el lugar más seguro. Al adentrarme en éste, los ruidos cesaron, seguí caminando y me encontré con el grupo y a un Zalgo abatido tras ellos, en ese momento me desperté totalmente confusa y agarré el teléfono móvil, iba a escribir en el grupo el sueño que acababa de tener, pero Fu se me adelantó.
—Tenemos que ir al bosque.
Lana preguntó si todos habíamos soñado lo mismo, a lo que cada uno fue afirmando a los segundos.
—Iremos mañana a la misma hora, descansemos todo el día —escribí por el chat del grupo— será mejor que no le digamos a nuestros padres de ninguna manera.
Todos respondieron con un sticker de aprobación, así que intenté volver a dormir, pero me fue imposible.
El sábado traté de comportarme de forma natural, no quería que nadie sospechara nada.
Todos intentamos prepararnos lo mejor posible: nos equipamos con ropa adecuada, llevamos algunas linternas, alguna navaja por si ocurría algo y dejamos la localización del teléfono móvil activada por si tuvieran que venir a rescatarnos.
Eran las 23:50, la noche era fría y el bosque oscuro, pero la luz de nuestras linternas iluminaba lo suficiente para ver hacia dónde nos dirigíamos y el miedo nos hacía olvidar el frío.
—Sigo sin entender qué hacemos aquí —dijo Josh rompiendo el silencio que habíamos llevado durante todo el camino.
—Según el sueño, todo debía terminar si veníamos aquí —soltó Fu.
—¿Y qué os hace pensar que quiere ayudarnos? —contestó Lexy algo alterada.
—No tenemos otra opci... —Locke fue cortado por Lana en ese momento.
—Chicos, ¿no notáis nada extraño? ¿Como si nos estuvieran observando? —dijo ella nerviosa.
No nos dio tiempo a reaccionar cuando escuchamos el grito ahogado de Fu, apuntamos con nuestras linternas a todas direcciones pero no había ni rastro de él. No pasó mucho tiempo (de hecho apenas fueron unos segundos) cuando me percaté de que estaba sola en medio de la nada, todos se habían ido disipando como si de humo se tratase. Comencé a correr sin destino alguno dejándome llevar por el pánico, no tenía idea de lo que estaba pasando pero sabía que no era bueno.
De repente, algo me golpeó en la cabeza y todo se volvió negro...Curiosidad N°3: El error que ellos cometieron fue no hacer una limpieza espiritual (no proteger la casa de espíritus malignos tras invocar).
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Descansad en paz (Mundo Creepypasta)
Mystery / ThrillerLeyendas. Siempre hemos oído hablar de ellas. De boca en boca, miles de historias han sido narradas sobre estas. ¿Pero qué ocurre con los que realmente han llegado a verlas? Las más antiguas, parecen historias de viejos. Las más nuevas, de ingenuos...