Capítulo 15

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[Narrador omnisciente]

—Inspectora, tiene que haber un error, mi hija no está muer-muerta —dijo el padre abrazando la urna con las cenizas de su mujer.

—Siento mucho que tenga que ser así... Pero tiene que pasar a reconocer el cuerpo —contestó la inspectora incapaz de mirarle a los ojos.

Un fuerte lamento se escuchó hasta el último rincón de la comisaría cuando el padre entró a la sala y vió al cadáver.

Todo estaba en silencio, solo se escuchaba el viento soplar en aquel sombrío lugar, los padres de los desaparecidos se encontraban frente a las tumbas de Josh Driesatdpo y Lexy Prasadiad, solo eran los adultos desalmados junto al padre Máximo y Janna, quien tenía un nudo en la garganta mientras apretaba los puños con suma impotencia por lo que estaba ocurriendo.

—Estamos aquí reunidos para despedir a nuestra amada Lexy Prasadiad, quien fue una joven con una vida por delante y mucho que vivir...

El Padre Máximo comenzaba a recitar versículos de la Biblia y dar la misa correspondiente, el padre permanecía inmóvil en su lugar, aferrado a lo que le quedaba de su difunta esposa. Había perdido todo, hace dieciocho años falleció la mujer que más amaba, y hace apenas unos días lo que le quedaba de aquella relación, la unión que ambos construyeron.

—¿Alguien desearía decir unas palabras?

El señor se acercó al Padre y miró a todos los que habían asistido, con las manos temblorosas aclaró su garganta y respiró hondo.

—Sé que a algunos no les agradaba mi hija —miró a los padres de Josh por unos instantes— ella hacía cosas que tampoco me gustaban ni salió como esperaba, nunca me imaginé que tener una hija de la mujer que más amaba significaría perderla el mismo día, pero aún así la amé con todo y con lo que pude  —se dio la vuelta mirando el nombre de su hija— lo siento mucho, siento haberte dejado tan abandonada cuando aún estabas conmigo, y creo que te mereces estar más con ella que conmigo... —como pudo el hombre de avanzada edad se agachó y abrió la urna, dejando salir las cenizas de su esposa sobre el cuerpo de su hija— Descansad en paz.

Janna tenía las manos temblorosas mientras sollozaba en bajo ante el emotivo momento, pero para su sorpresa, soltó una leve sonrisa ante lo que veía.

—Disculpe... —habló una mujer pelirroja acercándose al hombre, ésta tenía el maquillaje corrido de haber llorado, ella estaba acompañada de su castaño esposo, quien se veía que no había dormido por días— lamento mucho lo de su hija, señor Prasadiad, quisiéramos disculparnos por nuestro comportamiento durante todos estos años... —habló con la voz rota.

—La culpa también es mía... —respondió el viudo— Siento lo de Josh, señores Driesatdpo, me comporté mal con él, pero a fin de cuentas era un buen
chico —dicho esto, los tres se abrazaron mientras lloraban desconsoladamente la pérdida de sus hijos.

Todos los demás padres le dieron el pésame al padre de Lexy, justo como en el funeral de Josh hace unos días atrás, cuando finalizó, regresaron a sus casas. El señor Prasadiad entró a su hogar, le echó una ojeada a éste aún tratando de asimilar que estaría solo hasta el fin de sus días, soltó un suspiro y comenzó a sollozar en soledad, caminó hasta su viejo sillón, donde solía charlar con su esposa antes y después de su muerte, rememorando los pocos recuerdos que tenía con ella y con Lexy cuando era pequeña, agarró su preciada escopeta con la que solía amenazar al pelirrojo cuando entraba a su casa para hacerle compañía a su hija.

—Al menos están juntos para siempre.

Tras decir esto, con la escopeta apuntando su cabeza, jaló el gatillo, haciendo que sus sesos se desparramaran por toda la pared tiñiendo el color amarillo de rojo de distintos tonos.

Descansad en paz (Mundo Creepypasta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora