Capítulo 89

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Navidad

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Navidad. No pensaba que fuera a pasar las primeras horas de Navidad en comisaría.

«00:30» Marcaba el reloj de mi oficina. Empecé a recordar lo que acababa de pasar. Ha sido todo tan rápido… 

—Lo siento… —Carl susurró lo más bajo que pudo y los equipos de emergencia pasaron detrás de él.

—¿Por qué lo sientes, Carl? —Le pregunté a lo bajo extrañada.

—Janna —interfirió Damian—, hay que sacar a Carl de aquí, ahora. 

—Llévalo a casa —le susurré. Carl no apartaba la vista de Lana. La estaban bajando del árbol— tú puedes hacer el papeleo desde allí, te mantendré informado. Yo tengo que quedarme con los padres y con… Lana.

Damian afirmó con la cabeza y se llevó a Carl a casa. No puso resistencia, pero le costó mirar hacia otro lado que no fuera su fallecida amiga. 

—¡NOOO! —La madre de Lana soltó un grito desgarrador al tener a Lana en el suelo. La estaban colocando en la bolsa de cadáveres— Mi niña… mi niña… —decía en el suelo llorando abrazada al padre mientras metían a Lana en la ambulancia. Dejaron a los padres entrar con ella. 

—Inspectora Weskare, ¿viene con nosotros? —me preguntó Veinna, la forense. Viendo que el coche se lo había llevado Damian, acepté.

El ambiente era, como es normal, muy tenso y deprimente ahí dentro. Los padres estaban abrazados llorando. El padre de Lana no quitaba la mano de la funda en la que se encontraba su hija. 

—Veinna… —susurré— ¿qué crees que le ha pasado? Digo… ¿quién lo ha hecho? 

—Inspectora Weskare… sabe que desde que el caso lo tomó la PCE no puedo compartir muchos datos con el comisario y con usted —dijo con algo de pena.

—Venga ya —me quejé—, si nos has dado un montón de información. ¿Qué le ha pasado a Lana? —Los padres nos miraron.

—Eso fue un favor extraoficial… en público no, Janna… —me terminó por decir.

El silencio volvió a inundar el vehículo por unos minutos. Yo trataba de hacerme el puzle en la cabeza. No me cuadraba nada…

—Inspectora… —habló la madre intentando recobrar el aliento— cuando Carl escapó, teníamos tantas esperanzas de que Lana lo hiciera… —se acercó a mí, con los brazos cruzados— pero no es su culpa, inspectora. Sabemos que la policía que ha ocupado el caso no les deja actuar como quisiera. Por favor, recuerde que los secuestradores son los únicos asesinos de… Lana —volvió a echar a llorar. Me acerqué para abrazarla— por lo menos po-podremos enterrarla —decía entre lágrimas. La abracé con más fuerza— tenía tanto miedo de-de que ni eso fuera posible… —su voz se rompía al hablar. Se me escaparon varias lágrimas.

—Ya estamos llegando… —anunció Veinna.

Y aquí estaba, en mi despacho esperando los resultados de la autopsia. Los padres de Lana se encontraban fuera de la morgue, haciéndole compañía a su hija desde el otro lado de la pared. 

Descansad en paz (Mundo Creepypasta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora