Capítulo 41

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La luz de sol que pasaba por la ventana me despertó, y mi primera reacción fue taparme los ojos con la sábana, la cual seguía desprendiendo ese aroma que me ayudó anoche a dormir

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La luz de sol que pasaba por la ventana me despertó, y mi primera reacción fue taparme los ojos con la sábana, la cual seguía desprendiendo ese aroma que me ayudó anoche a dormir. Al cabo de unos minutos, y viendo que me había desvelado totalmente, decidí salir de la cama. 

Lo primero que hice fue ponerme la camiseta y los pantalones, aunque no me preocupé por andar descalza, ya era algo que solía hacer en mi casa. 

Abrí cuidadosamente la puerta de la habitación de Jeff, y así pude verlo aún dormido en el sofá.

«Me pregunto qué hora será…» pensé para mí misma. Salí al salón de puntillas y una vez allí miré el reloj de la pared con más claridad.

—No te preocupes, ya te lo digo yo… Es una hora demasiado temprana para que estés aquí —dijo una voz de hombre detrás de mí, asustándome.

Me di la vuelta.

—¿Liu? ¿Qué haces aquí? —dije susurrando para no despertar a Jeff. Su rostro parecía algo molesto, pero no tan enfadado como otras veces.

—Vivo aquí, ¿sabes? —cogió un poco de aire y… ¿sonrió levemente?— Supongo que Jeff habrá aprovechado que no estaba… Por suerte estoy de buen humor.

—¿La cita fue bien, entonces? —dije sin pensar, y me arrepentí al instante. Liu puso cara de sorpresa, seguramente no se esperaba que fuera a ser tan directa, pero como digo, lo dije sin pensar. Antes de que él pudiera decirme algo o yo pudiera disculparme, la voz de Jeff recién levantado nos interrumpió.

—Más le vale… Si no, no justificaría que me hubiera dejado sin comida —contestó mientras se estiraba.

—Ya compraría en la mañana, no recordaba que no quedaba nada.

—Tuve que pedirle comida a Toby, bueno, tuvimos —se sentó y se quitó la manta, no tenía la camiseta puesta, a lo que me sonrojé y aparté la mirada rápidamente.

—Eso es gracioso… —rio levemente y echó un vistazo a la cocina— Porque a lo mejor le tendremos que pedir otra vez hasta que vaya a comprar, hoy es domingo, y no sé a qué hora abren y hasta qué hora cierran los negocios aquí…

—Te da tiempo —respondí—. Abren sobre las ocho y cierran al mediodía.

—Entonces… —murmuró Liu mirando el reloj— Estarán abriendo, son las ocho…

—Date prisa entonces, me muero de hambre —mis tripas rugieron en ese instante a la vez que Jeff hablaba.

—Llevaré algo preparado entonces… —me miró— ¿Alguna cafetería abierta o algo?

—Sí, hay una que está en el centro, cerca de la comisaría de policía, venden donuts y platos de muchos tipos.

—Demasiado arriesgado… —murmuró Jeff.

Descansad en paz (Mundo Creepypasta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora