Leyendas. Siempre hemos oído hablar de ellas. De boca en boca, miles de historias han sido narradas sobre estas. ¿Pero qué ocurre con los que realmente han llegado a verlas?
Las más antiguas, parecen historias de viejos. Las más nuevas, de ingenuos...
—¿Entonces Jeff es en realidad un asesino despiadado que mató a sus padres y a medio barrio? —comentó Locke extrañado.
—¿Y el tipo que mató a Josh es una especie de fantasma, zombie, cosa rara? —dijo Lexy con el mismo tono que el castaño.
—¿Y la tal Sally en realidad es el espíritu de una niña asesinada y el chico que mató a mi hermano es el esclavo de un tipo alto parecido a un fideo con traje? —soltó después Brian con cierto tono de burla al hablar sobre Toby.
—Dicho así parece mentira que sean reales —comentó Lana sin creerse del todo que las historias que había contado Tenny pudieran ser en verdad ciertas.
—Yo pensaba igual y aquí estamos, en ropa interior porque el despiadado asesino ha decidido regarnos con una manguera.
La charla se vio detenida con el sonido de la puerta.
Masky abrió la celda y miró a Lexy esperando la típica sonrisa que siempre ponía al verlo llegar, pero esta vez era diferente, parecía que escuchar la historia del Creepypasta la dejó algo abrumada.
Lexy salió de la celda sin decir ni una palabra y desaparecieron juntos caminando.
—¿Ocurre algo? —dijo por fin Masky serenamente.
—No... bueno, sí... cómo decirlo, yo...
—Lexy, ¿estás bien?
—Tenny nos ha contado vuestras historias. Ha dicho que... bueno que tú... —Lexy miraba hacia el suelo nerviosa, sin saber de qué forma preguntar si era cierto que su nuevo amante era completamente diferente a como ella había imaginado.
—Lexy, puedes contármelo, se cuentan muchas cosas sobre mí, está bien que preguntes cuáles son ciertas y cuáles no.
—Tú... —Lexy por fin despegó su vista de la fría tierra y habló más calmadamente al ver que estaba con la 'persona' indicada— A veces actúas muy frío y distante, incluso de forma algo más violenta. Otras, eres completamente sereno, cariñoso y amable... al principio pensaba que era porque no estabas acostumbrado a tratar con gente así de cerca y que el verdadero tú era ese tan tranquilo... pero... no es así del todo, tú eres ambos, lo que quiero decir... Masky, ¿sufres realmente del trastorno personalidad múltiple? —ambos se quedaron parados en seco al Lexy terminar la oración.
—Bueno... no es como si hubiera tratado de ocultarlo, ya te avisé en su momento de que hablabas con Tim, y que Masky era tan solo el tipo de la máscara —respondió fríamente.
—Entonces... eso era lo que significaba...
—Me sonó bastante poético al decirlo, pero supuse que entenderías el doble sentido. Es cierto que somos... por así decirlo, personas diferentes, pero eso no quiere decir que no te aprecie. No todo el mundo consigue sacar a Tim fuera...
Todo se quedó en silencio por unos momentos, sin embargo no era una situación incómoda. Las palabras de Tim tranquilizaron a Lexy y a Tim le gustó ver que ella no se sintiera horrorizada por su trastorno o algo así.
—Lexy, me alegra que no te horrorice...
—Mientras seas tú y no me hagas daño Tim, todo está bien —sonrió cálidamente la morena, tomando la mano del enmascarado. Caminaron hasta la cabaña y Tim comenzó a acercarla a su cuerpo, empezó dando besos en su cuello, la chica agarró su cabello soltando jadeos, ambos subieron las escaleras y se dejaron llevar por la emoción...
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Tim se había quedado dormido, no me extraña después de toda la acción que había tenido. Me levanté de la cama tapándome con las sábanas y entré a la ducha, tras eso, mientras buscaba mi ropa pensé en explorar la cabaña por mi cuenta. Bajé a la cocina para buscar algo de comer, tomé unas galletas de chocolate y continué mi recorrido por la casa. Nada fuera de lo normal, salvo algo de polvo en algunas zonas y manchas secas de algo rojo, sangre supongo, cuando iba a volver hacia arriba, vi una puerta en la cual no me había fijado antes, me acerqué a abrirla y estaba oscuro, solo se podían ver unas escaleras que conducían hacia abajo.
Seguí el camino y me encontraba en una habitación fría, encendí la luz y vi que era un sótano, estaba algo insegura pero mis pies se movieron por aquel cuarto: herramientas filosas manchadas, muebles viejos, y un tablero de Ouija, esto fue lo que más me llamó la atención.
—Me parece que te has perdido, debería acompañarte hacia la celda —su tono era cortante y frío, no lo decía de forma cariñosa. Era Masky.
Me quedé congelada, incapaz de murmurar palabra. Masky me tendió su mano y lo seguí hasta las celdas.
—Lexy, ¿estás bien? ¿Has visto un fantasma? Porque yo sí, Sally nos ha traído comida de nuevo, mira, te he reservado tu parte —dijo Locke animado.
—Mentira, se la he guardado yo, tú querías comértela excusándote en 'ya come cuando está ahí fuera' —contestó Brian imitando a Locke de forma burlona.
Solté una pequeña carcajada por compromiso y me puse a comer en silencio. No pudieron evitar mirarme.
—Lexy, ahora en serio. ¿Estás bien? —dijo Lana preocupada.
—Se lo has preguntado porque no me creías y ahora has visto que es verdad, ¿cierto? —Tenny es siempre igual de cariñosa y sutil.
—Sí —respondí de forma cortante.
—¿Y bien? —volvió a insistir la rubia. Parece que le gusta molestarme y demostrar que siempre lleva la razón.
—Tenny, te lo he dicho un montón de veces. Me da igual lo que ellos te parezcan a ti, Masky, digo, Tim, es una buena persona y jamás me haría daño. Me da igual que en momentos se pueda volver más frío y cortante, sé controlarlo... —contesté algo impaciente.
—Sabrás controlarlo hasta que te meta un tiro en la cabeza —dijo mirándome fijamente.
—Calma señoritas, ya llegó su asesino favorito a relajar sus culos helados. La verdad, sigo sin saber cómo habéis podido aguantar tanto tiempo así, en ropa interior... ¡podíais haberme pedido algo de repuesto mientras lavaba esto!
—¡¿Pero cuándo ha entrado este aquí?! —gritó Brian.
—Bueno, si queréis me voy... no os preocupéis, respeto que seáis exhibicionistas y todo eso...
—¡No! ¡Espera! ¡Dame mi ropa! —dijo Carl exhaltado. El pobre era el que más frío estaba pasando de todos nosotros.
—¡Anda! ¡Si es la señorita! Os daré vuestra ropa. Menos al rubio.
—¿Estás de broma? —respondió tiritando con tono enfadado.
—No —contestó Jeff y les tiró la ropa menos a Carl— esta la usaré para limpiarme en el váter cuando ande mal del estómago —sonrió ampliamente mirándolo fijamente.
—Hijo de... —murmuró tartamudeando.
—Ya he cumplido, que la disfrutéis —dijo el moreno mientras se marchaba, cerrando la puerta de la celda.
—Carl —habló Brian.
—¿Qué? —contestó muy enfadado, a lo que el negro le tendió su camisa.
—Toma, la necesitarás...
—Brian, gracias... —contestó apenado el rubio mirando a su amigo que solo se quedó con los pantalones— te lo agradezco.
—Podría intentar que Tim me diera algo de ropa para que no te congeles.
—¿Estás segura? No quiero que te hagan daño...
—No te preocupes, lo intentaré —le sonreí poniendo mi mano en su hombro, reconfortándolo.
—Debemos seguir así... —habló Lana.
—¿Muertos de frío? —contestó Carl.
—No, conviviendo juntos, si llegamos a pelearnos o separarnos, acabaremos muertos por ellos, o peor, matándonos entre nosotros... —respondió Tenny cruzada de brazos mirando al grupo, haciéndoles entender que debíamos ser todos o ninguno.
