Capítulo 97

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—Esto es… algo divertido —digo manteniendo mi brazo estirado y mi pulgar hacia arriba

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—Esto es… algo divertido —digo manteniendo mi brazo estirado y mi pulgar hacia arriba.

—No hay automóvil, esta es la única forma, y cada vez se alejan más de nosotros —dice Jane seria.

Estamos haciendo autostop, algo que pensé que nunca haría en mi vida. Llevamos unos minutos así, unos muy largos.

Milagrosamente, vemos un 4x4 marrón óxido. Poco a poco se va deteniendo hasta quedar frente a nosotros.

—¡Buenos días! ¿Adónde van? —pregunta un amable hombre desaliñado y anciano de piel morena.

—Vamos a Maryland, señor —contesta Jane con una leve sonrisa.

—¡Qué casualidad! ¡Yo también voy allí! Voy a ver a mi esposa por fin, ¿queréis que os lleve?

«No, tenemos el brazo levantado por gusto, idiota», pienso.

—Lo agradeceríamos mucho —contesta ella—. Mi nombre es Hillary, él es mi hermano pequeño Damon. Vamos a ver a nuestros padres pero nos han dejado aquí tirados los que supuestamente iban a recogernos.

—Hay que ver cómo es la gente… ¡Subid! Hay espacio para los dos.

"Hillary" y yo subimos, ella de copiloto y yo en la parte de atrás.

—¿Cuántos años tiene el pequeño? —pregunta el viejo.

—Diecisiete —responde Jane con mucha amabilidad.

—Vaya, ¡es todo ya un hombre! Aunque de pocas palabras, ¿eh? —me mira con una sonrisa y conduce hacia delante.

«¿Qué mierda le pasa a este? ¿Pequeño? ¡Literalmente soy más alto que Janna! ¡No me jodas!»

—Bueno, Damon siempre ha sido algo más reservado que yo… ¡Mire solo mi rostro! ¡Cicatrices de guerra! —Jane y el viejo comenzaron a reír y a hablar de estupideces sin sentido. Entiendo que Jane solo lo hacía para asegurar el viaje y que no nos hiciera preguntas de más, pero por alguna razón me molestaba su actitud tan… amable. Me recordaba a alguien, pero no sé quién puede ser…

—Oh, si queréis descansar podéis hacerlo, será un camino largo, pero conozco ciertos atajillos para no tardar una barbaridad —Jane se da la vuelta y me mira, haciéndome un ademán de que durmiera. Ahora que recuerdo, ni ella ni yo hemos dormido desde ayer… 

—¿De verdad no le importa? —pregunta ella.

—No, en absoluto. Iremos los tres al mismo sitio, ¿no? —Jane sonríe y apoya su cabeza en la ventana, yo hago lo mismo pero sin cerrar los ojos, atento al hombre.

Él apunta el espejo retrovisor hacia mí para verme.

—Tranquilo, muchacho. Sé lo que pasa hoy en día. Podéis dormir en paz.

Trago en seco sin saber a qué se refería, el hombre me mira por unos segundos y coloca el espejo en su lugar. Cierro los ojos pero agudizando mis oídos por si hacía algo, hasta que poco a poco caigo profundamente dormido.

Descansad en paz (Mundo Creepypasta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora