Ayer Damian me puso al día con todas las tareas que debía hacer al ser inspectora jefe de nuevo, y ninguna relacionada con el caso de ‘Los Elegidos’.
En mi cargo, debía planificar, coordinar y supervisar las actividades del resto de policías, algo que ya me resultaba difícil de hacer tras haber estado tantas semanas con un único tema en mente.
Sin embargo, lo que me perturbaba en este momento no eran los adolescentes, sino sus captores, en concreto uno: mi novio.
Aún me costaba creer que hubiera aceptado esa proposición, pero todo cobraba sentido cuando pensaba en la gran cantidad de información que podía recoger gracias a eso.
Pero ahora, con la cabeza más fría, veía que no había conseguido nada con él que hiciera avanzar realmente la investigación, y, encima, me estaba exponiendo: Liu estaba conociendo mi mundo más personal, y ahora sabía que le había estado mintiendo con lo del trabajo. ¿Cuánto podía saber? ¿Habría descubierto ya que soy la encargada de su caso? ¿Me habrá investigado o, por el contrario, se lo habrá comentado su buen amigo Ben? Y, lo más importante, ¿por qué seguía conmigo? ¿Hizo aquel comentario en mi casa a propósito para desesperarme y acabar conmigo mental y luego físicamente?
Aturdida entre tantas preguntas, decidí tomar una decisión antes de que él lo hiciera: contarle la verdad.
La suficiente para que siguiera confiando en mí.
—Entonces, ¿me lo has estado ocultando para que no pensara que te habías cambiado radicalmente de bando? —su semblante era serio, pero no enfadado. Sin lugar a dudas se había quedado sorprendido cuando le confesé que era policía desde hacía muchos, muchos años.
Tomé otro sorbo del café que había preparado para ambos antes de contestar.
—Sí, pero a este punto no podía seguir ocultándolo, no con… la relación que tenemos. No quiero que lo nuestro se base en una mentira.
La luz dorada de los primeros rayos de sol hacía que sus ojos resaltaran.
«Janna, no pienses en sus ojos ahora».
—Me alegra oír eso… —dijo sonriendo levemente.
—Pero… necesito preguntarte… ¿Cómo te enteraste de que te había mentido ocultando información sobre mi trabajo?
—Si te preguntas si te he investigado, no. Yo también creo que debemos confiar el uno en el otro. Solo lo intuí por las horas a las que te llamaban y las prisas con las que salías… Por no hablar del chico que vi salir de tu puerta el día que… bueno, ya sabes —no pude evitar ruborizarme al acordarme. Liu soltó una pequeña risa coqueta al ver mi rostro—. Uniendo piezas, supuse que había venido por algo del trabajo. Me alegra que hayas resuelto el resto del puzle por mí.
—Entonces… ¿No te molesta saber que soy policía?
Liu se echó a reír.
—Por Zalgo, Janna, solo eres policía de tráfico, no es como si fueras inspectora de homicidios o algo así. Y, el hecho de que me lo hayas dicho tú me deja tranquilo. Pero, si me permites la pregunta… —Liu acercó su abdomen al mío, acortando la distancia entre nosotros y bajando su tono de voz, como si fuera a preguntarme algo de máximo secreto. Quería acentuar la impresión de cercanía— dime, ¿por qué decidiste meterte a policía, y por qué de tráfico?
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Descansad en paz (Mundo Creepypasta)
Mystery / ThrillerLeyendas. Siempre hemos oído hablar de ellas. De boca en boca, miles de historias han sido narradas sobre estas. ¿Pero qué ocurre con los que realmente han llegado a verlas? Las más antiguas, parecen historias de viejos. Las más nuevas, de ingenuos...