Leyendas. Siempre hemos oído hablar de ellas. De boca en boca, miles de historias han sido narradas sobre estas. ¿Pero qué ocurre con los que realmente han llegado a verlas?
Las más antiguas, parecen historias de viejos. Las más nuevas, de ingenuos...
«Ve a dormir, ve a dormir». Repetía el rubio en su mente con voz aniñada, burlándose de la frase del peligroso asesino por el que ya no tenía respeto.
«Ese idiota es peligroso, hoy he estado cerca de ganarme una buena, pero que tenga que ser más cauteloso no significa que tenga que tenerle respeto». El chico llevaba dándole vueltas a la situación unas cuantas horas, a pesar de que ya casi estaba amaneciendo y todos los demás dormían, Carl ya había cambiado por completo su horario de sueño para adaptarse al de Hoodie.
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—¿Sabes? Hoy estoy de buen humor, así que me niego a limpiar el cubo —Hoodie entró mucho más alegre de lo normal. De hecho, y aunque lo he visto poco, estoy seguro de que es la primera vez que viene feliz, ¿habrá bebido?—. Así que te toca a ti —me contestó mientras me señalaba con su arma de hierro. ¿Significaba eso que me dejaría salir hasta que limpiara el cubo? No pensaba huir, sería un suicidio con Hoodie armado delante, pero sería un alivio recibir algo de aire, además, así conseguiría poner nerviosa a Tenny, quien comprendería cómo me sentía yo con ella saliendo afuera con un asesino.
—Encantado —dejé que Hoodie viera la sonrisa en mi rostro. Apenas nos habíamos visto unas dos veces, pero confiaba en que no fuera a matarme, sería demasiado esfuerzo para nada.
Hoodie me abrió la celda con su característico sigilo y sujetó la puerta hasta que yo saliera con el cubo, después la cerró con llave. Nadie parece haber notado nada.
—Hoodie, si puedo preguntar, ¿qué ha hecho que hoy vengas con tantas ganas de limpiarnos la mierda?
—Realmente la vas a limpiar tú.
—Sí, pero ya me entiendes, es… raro.
—Oye, un consejo, que no te importe tanto nuestra vida, somos vuestros captores, no amigos. Pero es cierto que algo ha ocurrido… —aunque pudiera parecerlo, su tono no era un "no quiero hablar de mi vida personal" sino más bien un ‘pregúntame de nuevo’.
—¿Has… conseguido novia?
—Eh, ¿novia? No exactamente —soltó una leve risa—, pero es cierto que me he reencontrado con una vieja amiga.
—¿Una… ex? —Hoodie se detuvo por una fracción de segundo y se quedó mirándome fijamente.
—Niño, ya te estás pasando. Suelta el cubo ahí, pasa la manguera y vamos otra vez dentro.
—No trataba de molestarte, solo preguntaba —tiré nuestra mierda y limpié el cubo con el agua de la manguera mientras sentía la penetrante mirada del encapuchado en mi nuca, y en mi culo.
—¿Ya has terminado?
—S-sí… —me giré rápidamente por precaución, sentía inseguridad ahí atrás, y no sé porqué, tenía un sentimiento de peligro que nunca había tenido antes. Noté mi entrada trasera cerrarse automáticamente del miedo que sentía en ese momento, ¿estaba exagerando?
