Lazo

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—¿Primero él de la planta de arriba y ahora una chica?— Preguntó la casera del edificio a Billy, la mujer mal encarada y de notable pésimo humor miro a la morena de arriba a bajo sin ninguna discreción —Por lo menos se ve más decente que ese tipo del piso de arriba— Comentó —Bueno son 85 dólares a la semana por adelantado, sin mascotas, ni fiestas, ni ruido.

—De acuerdo— La joven sacó su cartera y pago lo que serían tres semanas de adelantado.

—Muy bien, espero y te comportes, han venido chicas como tú que resultan ser todas unas zorras.

Sin decir más la mujer salió, dejando a ambos sólos.

—Es demasiado franca, debes de entenderlo.

—Si lo entiendo— Asintió, sintiéndose levemente molesta por los comentarios despectivos de la mujer.

—Si necesitas algo vivo a lado.

—Si gracias Billy— Asintiendo el hombre salió dejándola sola.

—Si gracias Billy— Asintiendo el hombre salió dejándola sola

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Long island, New York.

Una joven rubia, de ojos azules miraba con aburrimiento reflejado en su mirada la pantalla donde se proyectaba una película, sin ser consciente de dos miradas curiosas.

Un hombre caucásico, de mediana edad llegó y se sentó a lado de la adolescente.

—¿Andi?

—Así es— Respondió sin despegar la mirada de la pantalla.

—Eres más bonita que en tú foto— Comento el hombre en un intento de halagarla.

—Y tú más viejo que en la tuya.

El hombre no respondió ante el comentario mordaz de la adolescente.

—¿Nos quedamos aquí o vamos a otro lado?

Por primera vez la joven se giró hacia él y lo miro.

—¿No quieres ver la película?— Preguntó con algo de confusión, el hombre no respondió simplemente colocó la palma de su mano sobre el muslo de la joven y lo acarició levemente de manera sugerente, ella se recostó sobre su hombro y volvió su atención a la película.

—No veo porque tanto alboroto, es un romance de Chat, algo asqueroso nada interesante— Comento Rose the Hat.

—Solo mira, te prometo que es interesante— Comentó el hombre que estaba a su lado.

—Más vale porque ella no tiene mucho vapor— Comentó con fastidio al tiempo que se llevaba una palomita de maíz a su boca y se la comía.

—Y ya empezó— Comentó con zorna el hombre.

—¿No estás cansado?— Preguntó la adolescente al hombre, al oído con voz sensual —Duerme— Y de repente el hombre dejo caer su cabeza al frente en estado inconsciente.

Doctor SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora