Disparó

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El plan no era tanto una locura después de reflexionarlo o así lo pensaron tras escucharlo a detalle.

—¿Pueden repetirme el por qué nosotros somos la carnada y el señor Billy se queda cómodamente en casa cuidando felizmente de Dakota?— Preguntó Edward por enésima vez.

—¿No es obvio?— Preguntó George ya cansado.

—¡Pues no!, así que iluminenme.

—Porque el señor Billy nunca ha pasado lo que nosotros, es sencillo Edward como si no estuvieras acostumbrado a esto— Respondió Andrew.

—¡Pues no!— Negó con obviedad —Mi pellejo siempre termina en peligro de una u otra forma, ¿cómo esperas que me acostumbré a eso?

Nos están siguiendo— Comentó Dakota a Danny, ya que debido a su habilidad era él único que la podía ver.

—Concentrate, tienes que mantenerlo hasta que lleguen— Dijo Danny.

Lo sé.

—¿Qué dice?— Preguntó Melissa a Daniel.

—Que nos están siguiendo— Respondió.

—Eso significa que el plan está funcionando— Comentó Andrew..

El ojiazul siguió conduciendo unos minutos hasta dar vuelta y entrar en lo que era el parque estatal de New Hampshire, pudieron divisar el letrero que les daba la bienvenida al lugar y Daniel siguió conduciendo durante unos minutos desviándose del camino y adentrándose entre los árboles del parque para después aparcar el coche. Los cinco bajaron del auto, mirando el lugar a pocos metros se encontraban mesas de picnic para un día de campo en el parque, el resto sólo eran puros árboles enormes que daban sombra debido al extenso follaje.

—Aquí se ve bien, supongo— Comentó Danny observando el parque a su alrededor —Buenos puntos de emboscada por acá y por allá— Agregó, dirigiéndose al maletero del auto de donde comenzó a sacar los rifles para cazar.

—¿Siguen cerca?— Preguntó Danny a Dakota quien se había parado a su lado.

Creo que aún más cerca, se están acercando— Anunció —Esto es difícil Danny, no sé cuánto más pueda mantenerlo.

—Lo sé, lo sé, ¿Cuánto les falta?

Rose se sentó sobre el pequeño tapete que usaba para meditar, sobre el observatorio, cruzándose de piernas y colocándose en pose de meditación, la mujer hablo para si misma:

—De acuerdo, papi Cuervo, tráela— Cerró su ojos y se concentró porque ella no se iba a quedar sentada esperando, no, por supuesto que no, la maldita podía ser muy engañosa y ella lo sabía, por eso mismo sabía que debía de ayudarlos.

Dakota pudo divisar a la casa rodante que había visto horas atrás donde iba Barry y compañía. Observó desde su posición sentada en una gran roca como la casa rodante aparcaba justo frente a ella

Andi bajo de la furgoneta y miro a la mujer a unos metros delante suyo, completamente sola, haciéndola sonreír. Todo el grupo del culto comenzó a bajar, acercándose a ella, quien no se inmutó en lo absoluto.

—Te vea relajada— Comentó Andi con tranquilidad —Te sientes relajada, ¿O no Dakota?— Intentó controlarla.

—Eso creó— Respondió ella aún sin moverse.

—Deberías— Dijo la rubia ocultando sus manos detrás de su espalda donde llevaba una jeringa con un extraño líquido transparente —Relajate, somos amigos.

—Somos amigos— Repitió, ahora si parecía en trance, su mirada parecía adormecida y su cuerpo estaba completamente relajado.

—Exacto...— Asintió Andi cuando estuvo frente a ella —Somos tus amigos y queremos llevarte a conocer a más amigos, buenos amigos.

Doctor SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora