Creer

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Se volvió a reincoporar un hilo de sangre salía de su nariz, su chistera había ido a parar unos metros delante suyo, estaba aturdida, sorprendida y fascinada en partes iguales por lo que acababa de suceder. La gente del supermercado se acercó al oír el estruendo del vidrio romperse.

Una mujer se acercó a ella.

—Señora, ¿se encuentra bien?— Preguntó la mujer desconocida dispuesta a tomar la chistera de la mujer para entregársela.

—¡No!, ¡No!—Exclamó deteniendola de su acción.

—Si, estoy bien—Aclaró Rose gateando hasta su sombrero para sacudirlo y volver a ponerselo.

La desconocida se alejo al ver que su ayuda no era requerida y Rose vio a la gente curiosa mirarla a ella y al refrigerador con el cristal completamente destrozado.

—Excelente— Comentó para si misma mientras una pequeña sonrisa surcaba sus labios.

—¿Por qué tardaste?— Preguntó Andrew, quién está vez iba al volante, a Melissa quién había entrado a un supermercado por unas bebidas energéticas

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—¿Por qué tardaste?— Preguntó Andrew, quién está vez iba al volante, a Melissa quién había entrado a un supermercado por unas bebidas energéticas.

—Paso algo extraño— Respondió.

—¿Extraño?— Preguntó esta vez Edward quien acababa de despertar, a su vez que bostezaba y se estiraba en su asiento

—Si, se rompió uno de los refrigeradores del Supermercado y una mujer salió volando... literalmente, fue algo grosera intente ayudarla pero se negó, y déjenme aclarar que tenía un pésimo sentido de la moda.

—Bueno, eso no importa, la mujer está bien, así que dame mi bebida— Exigió Edward a la pelinegra extendiendo su mano.

—Sólo si tú conduces en la próxima parada— Ofreció Andrew.

—Entonces olvidenlo, volveré a mi dulce mundo de los sueños mientras ustedes conducen.

—Dan— Lo llamó Billy mientras todos los del grupo estaban reunidos a su alrededor mirando al hombre inconsciente, preocupados —Dan

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—Dan— Lo llamó Billy mientras todos los del grupo estaban reunidos a su alrededor mirando al hombre inconsciente, preocupados —Dan.

Finalmente Danny recuperó la consciencia, abriendo los ojos lentamente, mientras un hilo de sangre se deslizaba por su nariz.

Doctor SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora