Enfrentamiento

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Se dirigió a abrir la caja que tenía escrito el nombre de Randall Flagg, curiosa y ansiosa en partes iguales.

—Veamos qué demonios tienes aquí— Abrió la caja, parecida a un archivero y hojeo las carpetas, pero algo no se sentía bien, se giró hacía atrás constatando que estaba sola, cuando de repente una gran luz la iluminó desde el techo, sorprendiendola, el archivero se cerró de un golpe, atrapando la mano de Rose quien no la había sacado del archivero y un terrible grito de dolor salió de sus labios, forcejeo e intento abrir el archivero sin éxito, sin dejar de gritar por el dolor cada vez ese archivero hacía más presión al punto de que en cualquier momento le arrancaría la mano de golpe, sintió una presencia haciéndola girar de inmediato para ver a la morena mirarla con tranquilidad e indiferencia, recargada contra una de las viejas columnas de aquel lugar parecido a un sótano.

—Sabia que volverías— Le comentó Dakota.

Rose siguió quejándose y luchando por sacar su mano jalando con fuerza, grito de dolor al sentir como el hueso se desprendía al igual que su carne, la miro de nuevo, ella seguía sin moverse viendo con indiferencia como luchaba por sacar su mano.

—Me da gusto— Se separó de la columna y comenzó a caminar hacía ella a paso lento.

—¡No te acerques!— Ordenó intentando controlarla pero no funcionaba —¡No te acerques maldita zorra!

Dakota se siguió acercando y los ojos cafés de la joven mujer parecieron destellar en verde.

—¡Sólo eres una maldita perra!— Vociferó Rose.

Dakota ignoró todo eso y extendió su mano acercándola a la chistera con un fuerte manotazo Rose la apartó pero repentinamente la castaña desapareció del lugar, haciendo a la ojiazul mirar de un lado a otro.

—¿Dónde...— Susurró la mujer buscándola en todas direcciones desesperada —¿Dónde...— No estaba por ningún lado —¿Dónde...

Cuando una extraña sensación la invadió paralizandola unos breves segundos, ella ahora estaba dentro de su mente.

Dakota movía los dedos con rapidez a través de las carpetas archivadas dentro de la mente de la otra mujer que tal y como dijo era toda una catedral.

—No— Negó la mujer al verse invadida por la otra —¡No!— Grito —¡Sal de ahí!, ¡Sal ya!— Rose siguió forcejeando por liberar su mano —¡Sal de ahí!, ¡Sal ya!— Volvió a ordenar pero Dakota no se detenía, con un fuerte grito Rose comenzó a sacar su muñeca a su vez que el archivero hacía más presión sobre su manos, sus nudillos comenzaron a sangrar la piel le era arrancada conforme más liberaba su mano hasta el punto de poder ver los huesos de su muñeca, sollozo llena de dolor cuando logró liberar completamente su mano viéndola totalmente destrozada.

Algo ajeno a ella la hizo comenzar a alejarse de los archiveros, haciéndola retroceder en grandes zancadas, intento resistirse pero no parecía tener resultado ella era más fuerte.

—¡Maldita perra!— Bramó Rose furiosa y sorprendida —¡¿Quién mierda eres?!

Retrocedió zancada por zancada hasta estar al borde del pozo.

Cuando Dakota se presentó frente a ella, viéndole con seriedad.

—No soy una perra, yo soy Dakota Hanscom— Sonrió la joven y sin darle tiempo a reaccionar empujo a Rose the Hat la cual cayó dentro del pozo, siendo expulsada de la mente de Dakota mandándola de vuelta a su cuerpo con suma violencia.

Doctor SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora