Arreglando las cosas

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Rose abrió la gaveta donde los contenedores con el vapor estaban guardados, había pocos probablemente unos nueve contenedores, era toda su reserva. Saco uno de los contenedores y lo llevo a fuera donde las personas de culto aguardaban, dejando el contenedor en el medio de aquel medio círculo, la mujer lo abrió y retrocedió unos cuantos pasos a su vez que el abuelo de nombre Flick se acercaba siendo sostenido por Cuervo.

El anciano se acercó y fue el primero en inhalar una buena cantidad de vapor, en cuanto lo hizo sus ojos se iluminaron con aquella extraña luz  entre azulada y blanca, a su vez que su cabello repleto de canas se teñia de color oscuro y una que otra arruga desaparecía de es piel chupada dándole un aspecto un poco más joven.

Tras inhalar y retroceder, los miembros restantes del culto se dispusieron a alimentarse inhalando el vapor, hambrientos. Rose los miro unos breves segundos antes de darse la medida vuelta y alejarse.

Edward entró siendo seguido por Andrew quién le había abierto la puerta del departamento de George

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Edward entró siendo seguido por Andrew quién le había abierto la puerta del departamento de George.

—Bip, Bip Georgie— Sonrió Edward en cuanto vio al castaño, quién estaba de pie en medio de la estancia.

—¡Ed!— Exclamó claramente sorprendido el castaño —¿Qué haces aquí?

—¿Qué?, ¿Así me recibes luego de un año?— Preguntó con fingida decepción.

—Lo siento— Se disculpó George tendiéndole la mano y dándole un fuerte apretón de manos seguido de un abrazo —¿Qué te trae por aquí?, Digo después de lo que sucedió en ese lugar dejaste de estar en contacto con nosotros, no supimos de ti durante un año, más que las noticias y artículos de internet.

Edward soltó un suspiro profundo.

—Honestamente no pensé en regresar ni verles la cara de nuevo por un buen tiempo.

—Gracias por tu honestidad— Comentó sarcásticamente Andrew.

—Ya me conocen.

—¿Entonces?— Preguntó el chico de color.

—Pero después de una charla con mi padre me di cuenta de que estaba actuando de manera estúpida y cobarde, son mis amigos, no quiero perderlos pese a que son unos tontos e imprudentes, después de todo, ¿Qué harían sin mi?, la voz de la razón.

—Arruinaste el momento— Comentó George con diversión.

—Piensen lo que quieran pero es la verdad, decidí que era momento de superar lo ocurrido y volver a unirnos.

—Nunca creí escucharte decir eso Edward Tozier.

—Puedo dar discursos sentimentales cuando se requiere Andrew, no sólo soy bromas y malos chistes.

Andrew asintió encogiéndose de hombros.

—¿Dónde está Dak?— Preguntó Edward al no ver a la morena por ningún lado.

Doctor SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora