Reencuentro

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Melissa aparco su camioneta junto a un pequeño parque del pueblo de Fraizer. Los cuatro salieron del vehículo.

—¿Por dónde empezamos?— Preguntó Melissa mirando que al parecer el pueblo no era tan pequeño como pensaban.

—No lo sé— Respondió Andrew —Miren.

El chico de color señaló un pequeño tren infantil que le daba la vuelta al parque y justo a un costado una maqueta a escala del centro del pueblo.

—¿No estás grande para eso Andrew?— Preguntó Edward con la intención de fastidiar al menor.

Andrew rodó los ojos, fastidiado.

—Me refiero a que podríamos preguntar genio— Sin esperar respuesta los cuatro se acercaron a donde los padres y niños estaban, el operador del tren ese día los miro algo curioso.

—¿A quién le preguntamos, genio?— Preguntó Edward está vez al chico.

George vio la curiosidad del operador del pequeño tren y sin decirles una palabra a los chicos se dirigió hacia él. Extrañados los otros tres lo siguieron.

—Disculpe— Llamó George al hombre moreno.

—¿Si?

—Estamos buscando a alguien— Dijo el menor de los Denbrough.

—A alguien, ¿eh?— Preguntó —El pueblo es algo grande chicos— Comentó el hombre mirando a su alrededor evidenciando lo obvio.

—Se llama Dakota Hanscom, somos sus amigos— Habló esta vez Edward.

—¿Dakota?

—Si, mire— George saco su celular, lo desbloqueo y mostró una foto de la morena —Es ella.

—Creo que tienen suerte chicos, la conozco.

Los cuatro se miraron entre sí con una sonrisa.

—¿Dónde está?— Preguntó George con la emoción desbordándose por cada poro de su ser.

Billy Freeman sonrió levemente, al parecer estaban felices de saber que conocía a Dakota y saber dónde estaba, parecían buenas personas y Billy jamás se equivocaba con las personas

Billy Freeman sonrió levemente, al parecer estaban felices de saber que conocía a Dakota y saber dónde estaba, parecían buenas personas y Billy jamás se equivocaba con las personas

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Tomo su cartera y su celular, guardandolos en una pequeña mochila, cuando alguien llamo a su puerta. Extrañada se dirigió a abrir y cuando lo hizo la sorpresa e incredulidad la invadió en partes iguales. No le dió tiempo a reaccionar cuando los brazos de George le rodearon estrechandola con fuerza contra su cuerpo.

—Sueltala Denbrough, nosotros también la queremos saludar— Comentó Edward sin dejar de verla con una gran sonrisa en sus labios.

Lentamente y más por obligación que por gusto George se separó de ella.

—¿Qué hacen aquí?

—Es la tercera vez que me preguntan algo parecido en los últimos días— Dijo Edward con fastidio —¿Es que no están felices de verme?

Doctor SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora