Nudo verdadero

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Maine, Derry

—Hijo, ¿Podrías traer la caja de libros de la entrada?— Pidió Mike Hanlon a su hijo.

—Claro— Respondió el chico que estaba leyendo un libro, abandonando su lectura, para ir a cumplir la encomienda de su padre.

Tomó la caja de libros y fue hasta donde estaba su padre acomodando los nuevos libros que acababan de llegar el día anterior.

—¿Pudiste contactarte con los chicos?— Preguntó repentinamente el hombre sin dejar su tarea de acomodar los libro en los estantes.

—Soló con George y no está muy bien, no desde que lo dejo Dakota, sigue insistiendo en buscarla.

—Necesita su espacio, después de todo lo que ha vivido y las responsabilidades que tenía en sus hombros me sorprende que haya resistido tanto.

—Lo se, no sé que hubiera hecho en su lugar con todo eso, es admirable.

—Si que lo es, realmente se parece a Beverly en ese aspecto.

—¿La señora Hanscom?

—Si, Beverly también es valiente, al igual que Dakota, aunque tenía miedo no lo demostraba, era la más valiente de los siete— Comentó sonriendo ante el recuerdo de los viejos tiempos.

—Supongo que si, Dakota también es igual a la señora Hanscom en ese aspecto.

—Andrew, como en mi momento me tocó volverlos a reunir, creo que es tu turno, eres el chico más imparcial, amable y que tiene en gran estima la amistad y los lazos, es tu turno de reunirlos para que vuelvan a retomar ese lazo.

Andrew asintió ante las palabras de su padre, dándole la razón.

—Tienes razón papá, creo que es hora de que nos reunamos y arreglemos nuestras diferencias, después de arreglar mis asuntos aquí en Derry iré a New York— Anunció el chico afroamericano.

Mike palmeó orgulloso el hombro de su hijo, dedicándole una sonrisa llena de confianza.

—Así se habla Andrew.

Andi abrió los ojos lentamente, desconcertada, ¿Dónde carajos estaba?, no paso mucho tiempo antes de que la respuesta llegará a ella

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Andi abrió los ojos lentamente, desconcertada, ¿Dónde carajos estaba?, no paso mucho tiempo antes de que la respuesta llegará a ella.

Alguien abrió la puerta de la casa rodante dónde se encontraba y ella de inmediato se reincorporo.

—Hola, hola, bella durmiente— Saludo Rose the Hat con voz cantarina a la adolescente —Lo siento tuve que dormirte— Comento la mujer al tiempo que tomaba una jarra y se servía el contenido en una taza —No fue fácil, eres voluntariosa— Comentó la mujer — Te investigue— Reveló —Seis hombres en los últimos tres meses con las mordidas de serpiente en la mejilla, si que estás ocupada— Dijo, acercándose a ella y tomando asiento frente a ella —Andi colmillo de serpiente, esa vas a ser tú.

Doctor SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora