Prólogo.

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Notas: 

Después de tanto tiempo sin publicar o escribir algo, está historia la encontré por ahí. Es algo que había escrito desde el 2017 y que por la cuarentena me dedique a perfeccionar por el aburrimiento y, aparte, ¡no sé como se me ocurrió la pareja en ese entonces para esta historia! Solo sé que la quería y aquí está toda bella, esperando a ser expuesta y por eso he decidido subirlo.

¡Disfruten de esta locura!

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Ronald Weasley se encontraba corriendo.

Corría con todas las fuerzas que le quedaban. Hermione Granger trataba de seguirle el paso con determinación, luchando a su lado cuidándose ambos las espaldas.

No sabían exactamente qué era lo que pasaba a su alrededor, solo sabían que tenían que protegerse de los hechizos que les lanzaban. No podían detenerse a luchar y pelear como deberían de estarlo haciendo. Tenían una misión que cumplir y no había tiempo para perderlo con un sucio mortífago que los llegara a interceptar.

Había escombros y cuerpos por todas partes, el fuego quería consumir todo a su paso también. Eso era de lo único que estaban seguros.

Estaban dentro del castillo de Hogwarts, después de haber sobrevivido a los enfrentamientos entre los mortífagos y todo el revuelo que tuvieron que hacer dentro del castillo. Para su suerte, hasta ahora, les había funcionado todo lo planeado.

Trataron de refugiarse lo mejor que pudieron y pararon unos segundos.

Aún jadeantes por el agotamiento, lograban escuchar ruidos, gritos, risas, todos aquellos sonidos que una lucha como esa podía ofrecer y, eso, los hacía estremecerse. Estaban demasiado cansados y tenían miedo. El olor a muerte estaba por todas partes y la pesadez que se sentía era tan asfixiante, pero ambos tenían una meta en mente por la cual no podían parar a siquiera pensar en llorar: necesitaban encontrar a esa maldita serpiente. Ron sabía que no podían darse por vencidos. Y menos sabiendo que era el último Horrocrux que les hacía falta aniquilar.

Volvieron a correr.

La serpiente de Voldemort -El que no Debía ser Nombrado- era demasiado escurridiza y parecía que se burlaba de ellos; cuando creían verla, esta desaparecía tan fácil como aparecía en su campo de visión. Más ya tenían demasiado que no la veían, no lograban localizarla dentro del castillo por tantos escombros y Ron intuía, que de ser que se encontrará dentro, iban a tardar demasiado en localizarla. Ya se encontraba desesperado por no verla por ningún lado.

¡Está afuera!, pensó Ron asustado, ¡Está afuera, está afuera, está afuera!

— ¡Hermione, a este paso nunca la vamos a encontrar! —gritó Ron mientras seguía corriendo y lanzando hechizos de protección. Quería pelear, quería enfrentarse a todos los salvajes mortífagos que se les estaban acercando, pero no podía más que protegerse y todo por buscar a esa cosa. Su último pensamiento había logrado que se instalará el pánico en él empezando a hiperventilar.

Debían detenerse y pensar en una mejor estrategia. Esa serpiente no se les podía escapar, así como así.

— ¡No puedes decir que dejemos de buscarla! —atacó Hermione indignada—. ¡Necesitamos encontrarla cueste lo que cueste, Ron!

— ¡Claro que no pienso eso! —se defendió molesto por lo que había dicho su amiga—. ¡Pero tú sabes que puede que ya no esté dentro del castillo!

Hermione le tomó el brazo, como pudo, y lo jaló detrás de unos escombros para protegerse mientras se detenían. Ron, alarmado, volteó a verla deteniéndose unos pasos delante de ella.

Before you goDonde viven las historias. Descúbrelo ahora