Capítulo XXIV.

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Notas:

Nuevamente, perdón por la demora. Anduve súper estresada por unos asuntos, pero gracias a todo ser divino, ya fue. Jajaja.

¡Gracias a todas las personitas que leyeron!

Disfruten el capítulo.

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Soñar despierto siempre le pareció tan natural.

Ron llegó a comprender, conforme la experiencia, que los deseos ante las carencias era lo que hablaba durante los lapsos de esos sueños. Son sueños que te llegan desde pequeño y te acompañan a lo largo de la vida, modificándose de acuerdo a la etapa en la que se estuviera; mas seguían siendo los mismos. Era una manera de darse esperanza a un futuro mejor, te obligaban a trabajar duro para llegar a eso que te daba ilusión y optimismo; sueños disfrazados de futuro que invadían el alma para no irse, ya que una vez que eran planteados, marcaban fuertemente la conciencia y solamente se intensificaban con el pasar del tiempo.

Él recordaba perfectamente cada uno de sus sueños, sobre todo los más significativos. Los primeros claramente siendo a una edad muy temprana. Cuando se era un niño, los adultos tendían a asumir que la niñez era acompañada con la ignorancia y falta de observación siendo, en realidad, todo lo contrario. A él le gustó observar todo a su alrededor desde muy pequeño, por lo que se dio cuenta la escasez sufrida dentro de su familia cuando sus padres no querían hacerlo notar ante ellos, pero para él fue inevitable el que no notase las cosas que los demás niños tenían y preguntarse porqué ellos no contaban con nada de eso; no se avergonzaba de su familia, se avergonzaba de la situación que vivía y la vergüenza que sentía debido a esa pobreza le fue tan grande por muchos años que, entonces, su primer sueño tomó forma: él sería rico cuando fuese adulto.

Al ser aún un niño, no sabía cómo ni cuándo, solo era conocedor de ese sueño en donde se visualizaba una vida en la cual no tuviera que renegar por no tener nada propio, donde no tuviera que recibir todo de sus hermanos y, sobre todo, una donde pudiera comprarse todos los dulces del mundo. Sin embargo, no fue hasta su estadía en Hogwarts que ese sueño tomó otra forma. Al ver a sus compañeros no pudo evitar compararse, por lo que supo que para alcanzar su sueño tenía que buscar métodos para llegar a él porque no llegaría de la nada; concluyó entonces: tenía que ser el mejor mago. Él solo sabía que de ese modo iba a tener un excelente trabajo que le diera el suficiente dinero y debía de trabajar para que ese sueño se cumpliese.

En Hogwarts también llegó su sueño por la atención a su persona. Ron era el hijo barón más joven, siendo el menor de seis hermanos, por lo que nunca recibió la atención que a él le hubiese gustado ni por parte de sus padres ni por parte de sus hermanos debido a que cada uno tenía asuntos que les correspondía hacer y lo dejaban a él de lado; incluso Ginny se llevaba más atención que él al ser la única mujer Weasley en generaciones. Su primer sueño, referente a eso, se planteó una noche: tendría tantos amigos que no podría ni contarlos. Así iba a ser más seguro tener toda la atención para él solo sin tener que compartirla con nadie más.

Entonces, con el tiempo, se modificó. Tenía amigos, pero parecía que arrastró su mala racha hasta en Hogwarts, porque al tener amigos como Harry Potter o Hermione Granger, no lo hicieron más que sentirse tan excluido a veces. Uno el salvador del mundo mágico y una de las más listas de toda la escuela. Se sintió celoso cuando toda la atención se iba a sus dos mejores amigos todo el tiempo, sintió que solamente era la sombra de ellos dos, que le estaban haciendo un favor al hablarle; por lo tanto, harto y enfadado, tuvo que cambiar sus sueños hacía otros rumbos: tendría los amigos justos y necesarios, pero trabajaría para ser sus iguales. Al ser sus iguales, los demás tendrían que voltear a verlo y tomarlo por fin en cuenta, tuvo todo el sentido del mundo.

Before you goDonde viven las historias. Descúbrelo ahora