6. Intolerancias

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Hoy es mi primer día enamorado, enamorado de mentira, lógicamente, ya que yo sé que nunca podría enamorarme de Eva, aunque sea buena chica no es de ese tipo de personas que me fijaría antes, ese antes cuando estaba abierto al amor y quería enamorarme. 

Me doy la vuelta en la cama con la intención de rodar antes de levantarme, pero una montaña de cojines me frena. No me acordaba que no estaba solo en la cama, que detrás de esa barrera que yo mismo puse hay la que ahora representa mi novia, dormida como un ángel atrapada por Morfeo. Pero deja de ser un ángel en el momento que su despertador suena y no tiene otro remedio que despertarse.

-Buenos días, Huguito- Me dice aún con voz ronca de recién despertada. 

-Buenos días. Venga despierta que si tenemos que hacer ver que somos pareja tenemos que llegar juntos- Digo levantándome de la cama y abriendo el armario para encontrar mi ropa, cosa que será difícil porqué todo sigue en completa oscuridad. 

-Si cada día me despiertas así me divorcio de ti sin estar casada y te dejo sin estar juntos. Por cierto ¿quieres ponerte una falda o vestido mío hoy o qué?- Me dice aguantando la risa. 

-No ¿Cómo voy a ponerme tu ropa?

-Porque te recuerdo que en tu armario está mi ropa, la tuya está aún esparcida por el salón. 

Mierda, había olvidado esa parte, tan solo me trasladé yo, todas mis cosas ayer por la noche me importaron más bien poco, pero ya hice bien porque la verdad que veo difícil que mi ropa quepa en este armario que está lleno de la ropa de Eva, ni un alfiler cabe aquí dentro. 

-Es verdad, pero está mejor allí. Si la pongo aquí tendré que volver yo a dormir al salón porque no cabremos, tienes demasiadas cosas. 

Una hora más tarde nos dirigimos a la oficina y al llegar a la puerta me freno en seco. Dirijo mi mirada a la cara de Eva, luego la bajo hasta su mano y después miro la mía y en un movimiento rápido las entrelazo. Eva me mira sorprendida, pero hoy pienso entrar así en la oficina y de esta manera confirmaré nuestra relación, real para ellos y ficticia para nosotros.  

Doy un paso y las puertas se abren automáticamente. En el mismo momento que noto el frio del aire acondicionado las miradas de todos los trabajadores se centran en nosotros y en nuestras manos juntas. Ya está, no hay vuelta atrás, el juego ha empezado, ahora mismo tengo que hacer ver que estoy enamorado de la chica que le sujeto la mano, ahora sí que sí y sin vuelta atrás tengo que tratarla como una pareja.

Sigo andando hacia delante sin pararme y sigo cogido a su mano,  su mano es pequeña y suave y no estoy tan incomodo como me pensaba que estaría, en cierto modo me siento a gusto. Llamo al ascensor, hoy subiremos por el ascensor, no quiero dar más espectáculo, estoy a gusto sí pero eso no quita que no me guste ser tan empalagoso y tan romántico. Cuando llegamos al despacho yo entro y Eva se queda fuera en su mesa, pero su voz me frena. 

-Tráeme un café luego, no sé, ven a verme  o pregúntame si estoy bien. Actúa como un novio.- Con estas palabras creo que se está riendo de mi, esto  no lo hice ni por Anaju así que tampoco lo haré por una relación que no es verdad. Además, no creo que la gente se fije en estos detalles. 

-¿No has tenido suficiente con lo de la entrada? Me he tragado todo mi orgullo por una vez Eva. 

-Me ha encantado lo que has hecho ahí, pero hazme caso y haz lo que te digo.

Cuando Eva para de hablar entro ya en mi despacho. Hoy viene un cliente nuevo que quiere iniciar un proyecto con nosotros, no nos ha contado cual aún y tampoco sabía que venía, cuando he llegado me he encontrado una nota de mi jefe en la mesa que me había anulado todo lo demás para que me centre en esto. El que tendrá que dar la cara por la empresa soy yo, como siempre. La responsabilidad cae en mi, la primera imagen que ven de la empresa soy yo   y al que le toca muchas veces rechazar proyectos también soy yo, a veces puedo ser el bueno y a veces el malo. Pensando todo esto cada vez me pongo más nervioso pero mi móvil vibrar me saca  de mis pensamientos.

¿Y si empieza con un juego?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora