10. Todos menos yo.

426 23 3
                                    

Después de una visita fugaz a la obra nos dirigimos al mar a navegar, hoy este está especialmente tranquilo y bonito. El agua está cristalina y todo se puede ver reflejado encima de este.  Yo ya había visto este mar un par de veces más pero Eva no, ella está acostumbrada a las revoltosas playas de Galicia y ver esto la deja completamente atónita y con la mirada perdida en el agua. 

Subimos al barco que tienen aparcado junto al muelle del puerto, es un barco especialmente grande. Tanto te puedes tumbar a tomar el sol en una hamaca, como preparar la comida o bien comerte una mariscada con la mirada perdida en el horizonte. 

-¡Esto es impresionante, muchas gracias!- Dice Eva ilusionada igual que una niña pequeña- yo en Galicia nunca puedo hacer esto, me da miedo porque el  mar no es como este. 

-Pues ya lo sabéis, siempre que queráis podéis volver- Nos invita María.

A Daniel y María desde que los conocí los he visto muy buenas personas y muy nobles, no se les ve la maldad por ninguna parte. Quieren ser muy tradicionales y lo son, pero a pesar de ello respetan todo lo que les dicen y no te juzgan, son ese tipo de personas que cuando los necesitas se entregan al cien por cien. Dani desde que lo conocí me trató como un hijo, como ese hijo que él no ha tenido, cada vez que venía a la oficina se preocupaba por mi. 

Miro a Eva, se apoya con  sus brazos en la barandilla del barco mientras  contempla el horizonte y la brisa marina le revolotea el pelo, hoy está especialmente bonita y sus ojos van acorde con el color del agua. Me acerco a ella en silencio, y me pongo en la misma posición que ella, apoyado con los brazos en la baranda y mirando el horizonte.  

-¿Te gusta?-le pregunto girando la mirada hacia ella, aunque no lo ve porque llevo las gafas de sol puestas. 

-Me encanta, muchas gracias por invitarme a venir contigo. No me solía mover mucho, me costaba mucho salir de Galicia y esto me ha abierto un mundo nuevo. 

-No creas que yo salgo mucho, no tengo tiempo, pero me gusta ver un poco de mundo. Me gustaría ir más lejos algún día. 

-Podemos hacerlo, un día nos podemos ir de viaje bien lejos los dos. 

-¿Los dos?

-Sí, pero como amigos claro, no hará falta que disimulemos- Me río ante su comentario, no me refería a eso, en verdad no me importa disimular y hacer ver que somos pareja, pero me ha sorprendido que se quiera ir  conmigo a un viaje que no es de trabajo. 

-Hugo, ¿quieres venir a conducir el barco conmigo?-me dice Daniel sacándome de los pensamientos de mi cabeza. 

-Está bien-me giro y antes de irme le acaricio el brazo a Eva avisándola de que me voy. 

Me siento al lado de Daniel pero mi cabeza no para de pensar en lo del viaje con Eva, si con un viaje de cuatro días en Cádiz ya me está haciendo cambiar de esta manera, un viaje largo a una parte lejana de donde vivimos no sé qué haría de mí. Inevitablemente y sin darme cuenta pienso todo esto sin quitar la mirada de encima de Eva, ella sigue mirando el mar pero esta vez está hablando animadamente con María. Parecen dos amigas de toda la vida, como si se tratara de una amiga de la infancia y es que con Eva es así, te hace sentir bien, tenerla al lado es garantía de estabilidad emocional. 

-Te estás pillando, eh- Me dice Daniel con una sonrisa.

-¿Cómo-Pregunto sorprendido, no entiendo esta pregunta, si en teoría representa que somos pareja claro que tengo que estar pillado, mejor dicho tendría que estar enamorado. 

-Hugo, ya sé que no estáis juntos. Hace unos días estuve en Madrid en la oficina para hablar con Bruno y me encontré a Anaju que salía de ahí un poco desolada junto a tu padre. Le pregunté por ti y me dijo que te habías ido antes llorando también, me estuvo contando que ya no estabais juntos y que hacía seis meses que lo habíais dejado por su culpa. Me comentó también lo de Eva, ella en ningún momento se creyó que estabais juntos  y tiene esperanza de que vuelvas con ella. 

-Daniel, ¿puedo confiar en ti?- Decido abrirme en canal con él y contarle todo lo que me pasa, ya que ha descubierto la mentira puedo contarle la verdad. Él tiene experiencia, es una persona muy sabia y estoy seguro que me podrá ayudar. 

-Confía plenamente, ya sabes que te veo como un hijo. 

Miro al horizonte buscando en él inspiración para encontrar las palabras precisas para contarle todo a Daniel, antes de empezar ha hablar hago una mirada rápida a Eva, ella sigue tranquila con María al margen de lo que está pasando al otro lado del barco. 

-Estás en lo cierto, no estamos juntos, simplemente es un juego para ayudarme a mí. Cuando Anaju me dejó yo cambié, pero no a bien, empecé a desconfiar de todo el mundo, trataba mal a todo aquel que estaba a mi alrededor y nadie me aguantaba. Samantha, mi hermana, empezaba a estar cansada, no lo decía pero sus ojos hablaban por si solos y fue en ese momento que decidí cambiar. Hablé con Maialen, la pareja de Bruno, y me dijo que tenía que pactar con alguien que se hiciera pasar por mi pareja para yo poder cambiar y ser como antes, volver a ser el Hugo que quería a la gente y Eva se ofreció y me está haciendo cambiar, lo está consiguiendo.

-Para no estar juntos tenéis mucha complicidad. Y dime ¿Cuándo cambies querrás volver con Anaju?

-Es esto lo que me perturba, hace dos días hubiera dicho que sí sin pensarlo pero ayer me di cuenta que no lo tenía tan claro cuando vi su mensaje. Ayer por la mañana me llegó un mensaje suyo en el cual me decía que quería volver conmigo, que se había dado cuenta que no me había sabido valorar y que no quería a Alex igual que me quería a mi. Cuando leí esto no tuve el impulso de decirle que sí sin pensarlo, me frené y no le contesté a eso, tan solo le dije que cuando volviera hablaríamos. 

-Hugo, cuando empiezas a dudar significa algo. ¿No crees?

-Sí, mi corazón quiere volver con Anaju, pero mi cabeza no. Y según Eva la cabeza es sabia y me está escondiendo algo que aún no me deja ver, y yo quiero descubrir eso. 

-Eva sabe lo que esconde tu cabeza, lo sabe ella, lo sé yo y lo sabe María, pero tienes que descubrirlo tu mismo. Haz caso a tu novia ficticia y busca lo que esconde tu cabeza, tiene razón y ella se ha dado cuenta antes que tú. No te precipites a tomar una decisión precipitada con Anaju, antes descubre lo que escondes, para eso apóyate en Eva, mímala, cuídala, escúchala que sabe mucho y sobre todo, déjate querer por ella y sólo entonces te darás cuenta de muchas cosas. 

Estas últimas palabras de Daniel han hecho que desviara mi mirada hacia Eva y que sacara una sonrisa, la cual ha sido pillada por Eva. Me ha visto como me he quedado absorto mirándola y sonriendo y ella ha hecho lo mismo, me ha dedicado una sonrisa mientras negaba con la cabeza. ¿Habrá escuchado algo? ¿O simplemente sabe lo que esconde mi cabeza que a mi tanto me cuesta descifrar?

-Gracias por hacerme de padre un rato, Daniel. 

-Puedes llamarme Dani, Hugo. Y gracias a tu por confiar en mí como lo has hecho. Va, vamos a tirar el ancla y vamos a comer un poco. 

Dani tira el ancla y cuando se asegura que el barco no empezará a navegar solo por la deriva bajamos donde están María y Eva, ellas dos llevaban todo el rato hablando y parece que contándose confidencias como si de dos adolescentes se trataran. Al igual que hemos hecho Daniel y yo, que me ha hecho de psicólogo y de padre aquí, en medio del mar. 

-Hazle caso, según me ha contado María es un sabio del amor- Me dice Eva al oído.

-¿Nos has escuchado?- le pregunto. 

-No, pero tus miradas lo delataban todo y María cree lo mismo que yo, solo eres tu el que no ve la realidad- Y dicho esto se va a parar la mesa con la mujer de Daniel. 

Ahora mismo me siento tonto. ¿Soy el único que no veo lo que me pasa a mí y todos los demás sí? lo veo una cosa imposible que los demás consigan ver algo que yo no. 

Si creen que ya no estoy enamorado de Anaju, mienten.

Si piensan que me he enamorado de Eva, también mienten. 

Si creen que mi cabeza ha dejado de pensar en una persona, pero mi corazón quiere a otra, también mienten. O....¿Quizás no?

¿Y si empieza con un juego?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora