27. Te has atrevido.

318 28 4
                                    

Siempre me han dicho que de todo se sale y esta vez estaba viendo que es verdad. Me tuve que alejar de mi madre sin quererlo ni pretenderlo, fue por obligación por su propio bien, por su tranquilidad y para que dejara de sufrir. Pensaba que jamás volvería a compartir momentos a su lado pero fui fuerte y valiente y lo conseguí. Veía imposible volver a ser una familia, tenía claro que jamás íbamos a estar los cuatro juntos y tampoco lo quería, yo solo quería estar con mi madre y mi hermana, para mi esta era la familia que yo necesitaba para ser feliz. Había soñado con esto, desde que llegué a Suiza he soñado muchas veces con nuestro reencuentro, que Samantha llegaba y se presentaba por sorpresa, que conseguía hacerle frente a sus miedos y que dejaba atrás a mi padre, que era capaz de saltarse sus normas. Lo había soñado, sí, pero nunca pensé que eso iba a ser real, siempre he visto a Samantha débil, con miedo, siempre le ha faltado un empujón y sentirse arropada para poder hacerlo.

Eso que tanto le faltaba parece haber llegado y ahora la veo aquí, frente a mí perpleja en la puerta de casa de mi madre. Puedo ver en sus ojos su nerviosismo, sus ganas de llorar, sus miedos, mi hermana es completamente transparente para mí, sé que como está y lo que piensa sin que me lo diga. Sé que esto para ella es como estar luchando en una guerra, no sabe si saldrá dolida de aquí y mi padre le hará pagar por eso, o si por el contrario, saldrá victoriosa y conseguirá hacerse fuere en un suspiro.

-¡Samantha!-Me tiro sobre ella y nos fundimos en un abrazo que me hace desbordar las lágrimas, esas lágrimas que amenazaban por salir de sus ojos han salido en los míos. No he sido capaz de aguantarlas, la emoción me ha ganado y la alegría de que mi sueño se haya convertido en una realidad también-¿Qué haces aquí?

-Mi familia está aquí. Tu estás aquí, mamá está aquí. ¿Qué hacía yo sola en España? ¿Qué hacía alejada de las personas que me han hecho ser quien soy yo?- Sus ojos a pesar de nerviosismo expresan felicidad, la felicidad del reencuentro, de las ansias de volver a ver a mamá que espera dentro sin saber que está ocurriendo en la puerta.

-¿Te has atrevido a venir?- Samantha asiente con la cabeza. Ha sido capaz, ella que nunca pensó poderlo hacer, que siempre se ha visto abatida por los demás por una vez ha sido de mirar para ella, de encontrar su camino- No sabes lo orgulloso que estoy de ti, en ningún sitio estarás más feliz que aquí.

Razón no me falta, yo aquí con mi madre y María soy muy feliz. No puedo decir la persona más feliz del mundo porque me falta Eva, con ella sí que mi felicidad estaría al completo, pero con mis dos madres, con sus consejos, sus charlas y sus ganas de hacerme mejor persona me hacen sentir uno de los mayores afortunados del mundo. No tengo queja de que esto es de las mejores cosas que me podían pasar en la vida. Por fin me siento arropado, me siento querido y me siento mejor persona. Siempre me sentiré en deuda con ellas, nunca podré devolverles todo lo que ellas me están dando. Siempre estaré en deuda con María y mamá pero también con Eva que gracias a ella empezó todo, si no fuera por ella y por el cambio que me hizo hacer en mi ahora mismo yo no estaría aquí.

Cojo la mano de mi hermana, la hago entrar y detrás nuestro cierro la puerta para dirigirnos al salón. Nunca pensé que haría esto, que cogería la mano de Samantha en Suiza para poder sorprender a mi madre, para que se reencuentren después de diez años. Recuerdo nuestra despedida, como mi madre le rogaba a Samantha que me cuidara, que estuviera al tanto que comiera todo lo que debía, mi hermana durante un tiempo tuvo que dejar de ejercer de hermana y hacer de madre. Cuando se fue yo aún no era mayor de edad y Samantha se hizo cargo de mi cuando mi padre no quería vernos, cuando estaba demasiado ocupado con sus chanchullos de persona ruin y rebuscada. Durante un tiempo Samantha sola tuvo que luchar por mi futuro, para ayudarme a crecer y para que no me faltara de nada, hizo sin poder evitarlo de madre.

¿Y si empieza con un juego?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora