1.No quiero más parejas aquí

912 29 4
                                    

No quiero oír hablar más de amor ni de parejas, ahora mismo no soporto a ninguna pareja que pueda ver, solo soporto la pareja que forman mi hermana Samantha y Flavio, puesto que no me queda otra opción porque vivo con ellos. 

Desde que Anaju me dejó hace medio año,  no he querido oír hablar más de parejas ni de mujeres, simplemente mi vida se ha basado en trabajar para poder llegar a ser encargado en la empresa que trabajo, que se dedica a la arquitectura. Yo no soy ni mucho menos arquitecto pero llevo un peso importante en la empresa, hablo con todos los clientes, me encargo de hablar con todos los proveedores y tengo reuniones con los clientes cuando están descontentos por algún problema imprevisto que surge, básicamente sin mi la empresa se va al garete. Hace menos de dos semanas que mi jefe me hizo por fin encargado, pensaba que podría manejarlo todo solo, pero me he dado cuenta que no, por eso mi jefe me ha buscado una secretaria que aún no conozco y que empieza hoy mismo.

Volviendo a mi historia con Anaju, me dejó por su propia voluntad cuando empezó a verse de nuevo con su ex, no pasó nada entre ellos mientras estaba conmigo, pero cuando lo volvió a ver en su pueblo por vacaciones le volvieron a nacer sus sentimientos hacia él. No la culpo por eso porque a todos nos puede pasar alguna vez sin quererlo, si no de la forma en qué me dejó, ni siquiera me dio una explicación por su parte. Un día llegué del trabajo y sus cosas ya no estaban, al llegar a casa solo encontré mis cosas, las de mi hermana y las de Flavio, mi habitación había quedado medio vacía, su gato Oli no estaba y la ausencia de ella era notable ya que siempre cuándo yo llegaba ella estaba peleándose con el gato. Fue Samantha la que me tuvo que contar la realidad de lo sucedido y, desde ese precio momento, ya no me fio de nadie más que pueda entrar en mi vida. Quizás estaré solo por siempre más,  es posible, pero no me importa.

Me preparo para irme a trabajar, me visto con mi traje y voy al baño a peinarme. Cuando me dirijo a la cocina para hacerme el desayuno por sorpresa veo que Samantha ya me lo ha preparado. 

-¿A qué se debe esta sorpresa con el desayuno? No voy a tener ninguna cita con alguna amiga tuya, tenlo en cuenta-Sentencio. 

-No, no es eso Hugo.

-¿Entonces?-Preguntó. Últimamente Samantha no paraba de prepararme sorpresas para que cediera a quedar con alguna de sus amigas a lo que yo me negaba siempre, estaba cerrado al amor por siempre más.

-Solo necesito que nos dejes tu habitación un tiempo. Te prometo que no será mucho.

-¿Mi habitación? ¿Por qué?- Preguntó ante lo que me acaba de decir mi hermana. 

-Verás, a la prima de Flavio le han dado un trabajo en la ciudad y mientras encuentra un piso se quedará aquí en casa con su novio. Por eso necesitamos tu habitación, para ella y su no... -La corto.

-A ver, para, para. Primero, ¿Y yo dónde dormiré? Segundo, ¿no os ha quedado claro que no quiero ver a ninguna pareja y menos tener que convivir con ella?. No voy aceptar esto, Samantha. No quiero más parejas aquí.

-Hugo, tu mientras tanto puedes dormir en el sofá cama, en el salón. 

-Osea, no solo tendré que aguantar ver una parejita más por aquí cuando ya tengo bastante contigo y con Flavio que no podéis  ser más empalagosos, que encima me toca dormir en el salón. 

-Veo que lo has pillado, Huguito. Va hazlo por Fla, él te ayudó mucho cuando pasó tu ruptura con Anaju, le debes una. 

-¡Que no Samantha! Que mi habitación es mía. Y no me hables de Anaju- Termino de decir eso cuando de golpe llaman al timbre. 

-No hay más tiempo para reproches, están aquí. Ves sacando las cosas de tu habitación y no les hagas malas caras. 

El día no podía empezar peor, primero llegaré tarde al trabajo porque viendo la hora que es y teniendo que desalojar mi habitación de forma gratuita ya no llego a tiempo. Segundo, tendré que ver a una parejita que ni siquiera conozco todos los días en mi casa, que también ya podría haber venido la prima de Flavio sola. Tercero, tendré que pasar no se cuantos días durmiendo en el salón, donde no podré irme a dormir hasta que todos tengan sueño y decidan retirarse a sus queridas habitaciones. 

Me dirijo a desalojar mi habitación cuando cruzando el salón para llegar a ella me encuentro a la parejita feliz saludando animadamente a mi hermana y a mi cuñado. 

-Mirad, este es Hugo- Dice Flavio. 

-Encantada Hugo, soy Eva y este es Rafa, mi novio.-Me dice presentándose, como si me importara mucho.

-Encantado-Digo un tanto borde mientras me dirijo a la habitación que ahora será suya. 

-Perdonadle, siempre se levanta de mal humor- Oigo que dice Samantha.

-¡Eso es mentira, me has puesto tu de mal humor desalojándome!- Digo lo suficientemente alto para que me oigan.

Cojo todo lo de mi habitación, mis objetos y mi ropa y lo cojo como una montaña en mis brazos. Llego al comedor consiguiendo que nada se me caiga por el camino y tiro todas mis cosas encima del sofá. 

-Ala, ya está, ya podéis disfrutar de MI habitación- Digo sentenciando el mi-.  Y ahora me voy a trabajar, no quiero llegar más tarde de lo que ya voy por vuestra culpa. 

Salgo de casa sin despedirme, yo no suelo ser así, en verdad tengo buen corazón y siempre estoy cuando me necesitan, aunque no lo parezca soy un romántico y por mis amigos doy todo y me entrego cien por cien a ellos, pero cuando alguien ya de primeras me hace poner de mal humor o no me entra por los ojos, ya no tiene nada que hacer  conmigo, simplemente  me limitaré a saludarlos. 

Ahora mismo espero que el día no pueda ir peor, espero tener un día suficientemente tranquilo en la oficina ya que hoy tendré la nueva  secretaria que seguro que me va a salvar de muchos apuros y que a ella sí que la voy a tratar como se merece. 

Entro por la puerta de mi oficina cuando enseguida me para mi jefe. 

-Hugo, tengo que comentarte algo. 

-Dime. 

-Hoy no ha podido venir tu nueva secretaria, está liada con su mudanza, le he dado fiesta, por lo que se incorpora mañana. Por cierto, hoy tienes tres reuniones, necesito que me prepares la lista con todos los proyectos que necesitamos tener terminados este mes  y llama a todos los proveedores para que no falte ningún material. -Dicho esto se va tan tranquilo, como si solo me hubiera dado una faena por hacer. 

Perfecto, tengo tres  reuniones a las cuales tendré que poner buena cara al cliente cuando ni siquiera tenga ganas de eso, y luego tendré que revisar una pila de papeles que se puede asemejar a un diccionario entero para hacer todo lo que me ha pedido mi jefe. Tenía ganas de ser encargado, pero no sé si compensará a mi salud mental y a mi salud física, he pasado de dormir 10 horas al día a dormir 4 y he pasado a no saber que era el estrés a convivir con él. Solo espero que mañana se me reduzca la faena a solo reuniones gracias a la secretaria, que conociendo a mi jefe no podrá haber elegido mejor.

Acabo de empezar el día y ya deseo volver a casa, bueno a mi sofá, en el cual las cuatro  horas de sueño se convertirán en dos. 

¿Y si empieza con un juego?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora