12. La sorpresa.

410 25 2
                                    


Ayer el paseo en barco me levantó un mar de dudas en mi cabeza imposibles de resolver, no encuentro respuesta a muchas preguntas que han anidado en lo alto de mi cabeza. Confío plenamente en Daniel y Eva, por lo tanto sé que hay algo que no consigo ver, pero en parte creo que es normal, demasiadas emociones en tan poco tiempo.

De momento, lo único que tengo claro es que cuando vuelva quedaré con Anaju para hablar las cosas, le contaré mi situación y mis sentimientos, le seré claro y si lo consigo y en el momento de verla no caigo rendido a sus brazos le diré que lo nuestro no es posible, no puede funcionar cuando yo no estoy seguro al cien por cien de lo que quiero. Una relación no puede funcionar cuando mi corazón la quiere pero mi cabeza me dice que no debo, cuando me grita a los cuatro vientos otra cosa que no sé descifrar.

Paro de pensar, hoy no pensaré en lo que me esconde mi cabeza, no tengo tiempo para esto. Hoy tengo algo más importante que hacer. Hoy, en nuestro día libre, sorprenderé a Eva cerca del mar otra vez, le encantaron estas playas y yo estoy aquí para hacerla feliz así que la dejaré disfrutar de esto que tanto le ha gustado ver, esto que la ha descubierto un nuevo mundo, las playas de Cádiz.

Repaso mentalmente todo lo que tengo que hacer para preparar la sorpresa, y para ella tendré la ayuda de María y de Daniel. Primero le diré que tenemos que ir a la obra porque ha surgido un imprevisto y que no tendremos día libre y después bajaremos a desayunar. En la obra nos encontraremos con esas dos personas que son unos padres para mí, Daniel y María, y esta última se llevará a Eva mientras yo correré con Daniel a preparar lo que la chica de ojos azules se merece por haberme ayudado tanto. Nada puede salir, todo tiene que ir sobre rudas y quedar de la mejor manera posible, quiero sorprenderla de verdad.

-Eva, despierta, tenemos que ir a desayunar porque tenemos que ir a la obra, ha surgido un imprevisto- Se remueve en la cama y con los ojos entreabiertos asiente con la cabeza.

En diez minutos ya estamos abajo en el comedor desayunando. Eva como cada mañana desde que estamos aquí come tostadas con aguacate, mientras que yo estos días he decidido volver a mi infancia y desayuno leche con galletas.

-Voy a la habitación que me he dejado unos papeles, ya bajo- Miento. En verdad me los he dejado a propósito, lo único que necesito son nuestros bañadores, los cuales esconderé dentro la bolsa con los papeles que cogeré de cuartada.

Bajo a recepción donde me espera Eva y subimos al coche, hasta la obra no tenemos más de diez minutos de trayecto los cuales pasan rápido mientras recordamos el día que pasamos ayer. Al llegar a lo lejos ya vemos a María y a Daniel que nos esperan, ya saben lo que tienen que decir y hacer y confío ciegamente en qué saldrá bien.

-Buenos días, perdón por estropearos el día libre pero, necesitaba a Hugo- Dice Daniel mientras se acercan a nosotros.

-No te preocupes, estamos aquí para el proyecto- Digo disimulando.

-Hugo, necesito que me acompañes ha hablar con el jefe de los obreros, no les parece bien todo el material que les hemos proporcionado y dicen que con estas condiciones no trabajan.

-Está bien, iremos.

-Eva, nosotras si quieres podemos ir a descubrir algún pueblecito de por aquí ¿Qué te parece?.

-No lo sé, me sabe mal por Hugo, me hubiera gustado ir con él- No puedo negar que estas palabras tocan lo más profundo de mi corazón, pero es que no hay otra opción, necesito prepararle la sorpresa.

-No te preocupes, ves con ella. Nosotros dos iremos a descubrir pueblos más lejanos como prometimos ayer.

Y dicho esto Eva asiente con la cabeza y antes de irse me da un abrazo, un abrazo que me haga sentir como en casa.

¿Y si empieza con un juego?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora