Vacaciones de invierno

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Capitulo treinta y cinco (dieciseisavo, segunda temp)

Manuel

¿Las vacaciones de invierno? posiblemente una de las peores torturas.

Toda la semana iba a pasarla en la casa de Marizza por obvias razones. Ella y Pablo se la pasaban entre jueguitos y peleas sin sentido, de un día para el otro se amigaron y se llevaban muy bien, nunca entendí en que momento paso, solo se que el primer sábado de las vacaciones ambos salieron a un boliche mientras que yo me quede toda la noche acostado mirando películas.

Ellos al verme deprimido me invitaban a casi todo lo que hacían, si jugaban un juego de mesa yo estaba ahí, si miraban una película yo estaba ahí, si salían a tomar algo yo también estaba incluido, cocinaban juntos y me invitaban a verlos ensuciarse y hacer un lío en la cocina. Su inmensa felicidad me deprimía aún mas, nada era lo mismo sin Mia. Extrañaba a mi Mia.

Mia fue los primeros dos días a la casa de Franco, luego paso otros dos días en la casa de Sonia y con suerte hoy vendría a pasar unos días con nosotros, por más que siga enojada con Bustamante sus padres la habían obligado a venir, no tenía otra opción. 

Saber que ella iba a venir a la casa me altero más que al mismo Ignacio Bustamante, el estaba nervioso por pasar tiempo con Mia después de lo que sucedió. Cuando me enteré que Mia iba a venir me duche luego de más de tres días sin hacerlo, me afeite, corte mi cabello y ordené mi cuarto, también me tomé el atrevimiento de ordenar el de ella aunque nadie antes había entrado, esta sin estrenar.

Pablo cocinó un pastel de chocolate para recibirla a Mia, él a diferencia de todos nosotros si la había visto en este tiempo pero se que esta nervioso, sabe que la relación entre su hermana e Ignacio es difícil. Marizza práctico mil veces lo que iba a decirle para pedirle disculpas, estaba muy arrepentida de todo lo que le dijo ese último viernes.

Yo estaba sentado en el comedor, mirando a la nada esperando a que ella llegue. Recién bañado, con mi mejor ropa y mis mejores intenciones. 

—Manuel pareces un pollito mojado— dijo mi mejor amiga con cierta ternura —Estas hermoso, relájate todo va a salir bien—

Pero algo dentro mío me decía todo lo contrario, se que lastimé a Mia y ni siquiera había sido mi intención, no se como no me di cuenta antes ¿Por qué soy tan idiota?

—Ey, Manuel ¿esta todo bien?— Pablo paso su mano frente a mi repetidas veces para que reaccioné, siempre me cuesta reaccionar cuando estoy frente a situaciones que me alteran.

Pablo y yo logramos amigarnos gracias a Marizza, literalmente la única razón por la que nos peleamos fue por las dos chicas, acordamos dejarlas de lado y no meternos en esas cosas, ahora somos buenos amigos incluso.

—Lo siento, estoy algo nervioso— dije tratando de sonreír

Pablo colocó el pastel frente a mi en la gran mesa, el comedor era gigante como todo en esta casa, las paredes eran blancas, las sillas eran de colores, la mesa de madera y las paredes tenían cuadros, habían mas sillas que personas.

Se oyó el timbre y Pablo corrió a abrir, cuando volvió a donde estábamos entró con Mia detrás de él, se la notaba incómoda, claramente ella no quería estar aquí. Mia estaba hermosa con ese suéter beige largo y esos leggins negros, también tenía unas botas de cuero, su cabello estaba suelto y llevaba un sutil maquillaje que no lograban tapar sus ojeras.

Su rostro estaba más pálido de lo común, y aunque toda esa ropa tape su cuerpo en su rostro se notaba lo delgada que estaba ¿tanto podría afectarla lo de Blas? Como me gustaría poder acompañarla en este momento.

Enredado(s) 2Where stories live. Discover now